Pilar Cernuda. Foto: J. M. Cernuda

Pilar Cernuda. Foto: J. M. Cernuda

Letras

Pilar Cernuda: "Una de las mayores expertas sobre mafias rusas es española"

En No sabes nada de mí la periodista recorre la vida de las espías españolas que participan activamente en la lucha contra el terrorismo

10 julio, 2019 18:07

Fue la directora de La Esfera de los Libros, Ymelda Navajo, quien le propuso a Pilar Cernuda (Santiago, 1948) que escribiera un libro sobre las españolas que habían sido espías a lo largo de la historia. Autora de más de veinte libros de actualidad política, la periodista no lo dudó. "Nadie estaba contando que hay mujeres que están haciendo un trabajo impresionante en materia de seguridad, tecnología y en la lucha contra el terrorismo y las mafias", advierte. Mujeres como África de las Heras que trabajó para la Unión Soviética durante cincuenta años, o como Aline Griffith, una modelo aristócrata española, nacida en Estados Unidos, que colaboró con la Oficina de Servicios Estratégicos de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.

De las pioneras a las actuales, No sabes nada de mí (La Esfera de los Libros) las reúne a todas en un volumen que narra sus vidas documentadas o recoge algunos de los testimonios del total de cuarenta personas trabajadoras del Centro Nacional de Inteligencia a las que entrevistó. Mujeres pero también hombres que fueron y son compañeros, subordinados o testigos de la llegada de muchas de ellas al centro. Poco propensos a hablar en público, cuenta Cernuda que lo que más le costó fue conseguir la autorización del CNI. "La gente de verdad que trabaja dentro no cuenta nada y además no solamente no cuenta nada sino que no reconoce, ni su familia sabe, que trabaja ahí". A sus tripas llegó gracias a la autorización que el general Félix San Roldán y la secretaria general Paz Esteban le brindaron. A cambio la escritora se comprometió a no revelar nunca ningún nombre real, no contar nada que pudiera poner en peligro ninguna operación o a algún personaje concreto y a mandarles el texto definitivo antes de enviarlo a la editorial.

"Llegaron allí antes que en las fuerzas armadas, casi dos años antes. Cuando las conocí –cuenta ahora- me llevé la gran sorpresa de que están haciendo cosas verdaderamente insólitas, están en primera línea en esa lucha contra aquellos que quieren poner en peligro a España. No hay un solo miembro del CNI, hombre o mujer, que no sea por encima de todo un patriota. En el CNI trabajan unas 3500 personas, tanto en España como en el resto del mundo, y mujeres hay casi mil. Yo quería poner en valor el hecho de que las mujeres llegamos a todo".

P. Por lo que cuenta, ¿España fue un país pionero en abrir las puertas a las mujeres?

R. Ya fue pionero en abrir las puertas a las mujeres en el ejército. En el CNI fue un empeño de Emilio Alonso Manglano. Cuando llegó allí vio que no había mujeres y  fue lo primero que dijo. Cuando él se hizo cargo del CESID, entonces se llamaba así, no había más que militares exclusivamente, entonces incorporó civiles y mujeres y esa fue una de las grandes revoluciones de las muchas que llevó a cabo.

P. Dedica varios capítulos a las  pioneras del espionaje en España, tenían realmente una vida de película, de hecho, algunas de ellas tuvieron peso en el devenir histórico...

R. Sí, hay historias de mujeres espías españolas, algunas de ellas insólitas, que han hecho cosas inconcebibles. Una de ellas trabajó con la Unión Soviética, otra durante la Segunda Guerra Mundial para los aliados, una estuvo en la guerra de Marruecos dando información a Primo de Rivera. Todo el mundo conoce la historia de Garbo pero lo que no saben todos es que su mujer colaboraba con él. Son historias de mujeres históricas desconocidas y que han sido espías importantísimas y que además han puesto en riesgo su vida. Una de ellas, por ejemplo, llevaba permanentemente encima algo de cianuro. Que siempre es muy novelero y muy de película pero al menos una de ellas que yo sepa lo llevaba. Yo ni si quiera sabía que existían. Todos conocemos a la Romanones, nada más, yo por lo menos. Ella hizo un trabajo muy importante para su país, para Estados Unidos, pero en el fondo lo que hacía era pasar información que ella conseguía por terceros. Pero estas eran mujeres que arriesgaban su vida diariamente, estaban en lugares que por el simplemente hecho de estar ahí ponía en riesgo su vida.

"Las pioneras, como Margarita Ruiz de Lihory o África de las heras, estaban siempre muy solas. Iban a pelo y, sin embargo, hicieron cosas impresionantes"

P. Todas ellas con perfiles muy distintos, como el de Margarita Ruiz de Lihory, ¿no?

R. Esa es de no creer. Pero te pasa lo mismo con África de las Heras. Que por cierto con ella me pasó una cosa curiosísima en la Feria del Libro. Vino a que le firmara una señora que ya había leído el libro y me contó que ella era muy amiga de la nieta de África de las Heras, que como sabes trabajó para los soviéticos y está considerada una especie de heroína en la Unión Soviética. Tenía una historia rocambolesca.  Pero Margarita es de las que te demuestra que la ficción siempre está por debajo de la realidad. No hay personaje que haya estado en más sitios, que haya hecho más cosas tanto en Europa como en América, que haya tenido una historia tan apasionante y tan increíble como ella. Lo que pasa es que ahora la metodología es muy distinta. Sigue habiendo el mismo disimulo, ocultar ciertas cosas, eso sigue siendo igual. Lo que pasa es que en las épocas pasadas no disponían de los medios que tenemos ahora. Ya no es que no tuvieran móviles, es que no tenían ni teléfono, estaban muy solas. No es como ahora que el teléfono parece que te puede salvar la vida, siempre estas localizada, estas mujeres iban a pelo y sin embargo hicieron cosas impresionantes por este país.

P. ¿Qué diferencia encuentra entre las primeras mujeres espías y las actuales?

R. Toda y ninguna. La diferencia, con el paso del tiempo, es que la metodología es completamente distinta pero todas trabajaban por sus ideales. Trabajaban sin límite por conseguir un objetivo para lograr aquello que ellas pensaban que tenían que conseguir por el bien del país al que estaban sirviendo. Eso es inamovible. Eran capaces de hacer cualquier cosa con tal de conseguirlo. Ahora lo que cambia es la metodología. Eso ya no tiene nada que ver. Una de las cosas que más me asombró es que una de las mujeres que entrevisté era una de las máximas responsables en ciberseguridad, por ejemplo. En el campo de la tecnología hacen cosas que ríete de James Bond. Otra de ellas, especializada en poner micrófonos para poder captar conversaciones, siempre legales, ponía retos a sus compañeros para que los encontraron y no eran capaces. Estoy hablando de personas que han tenido la misma formación tecnológica que ella. Es impresionante las cosas que te cuenta de sus operaciones, de dónde escondía los micros para conseguir grabar las voces. 

P. ¿Qué importancia tuvo el nombramiento de María Dolores Vilanova como secretaria general del CNI?

R. Fue una cosa de Jorge Dezcallar. Cuando le dijo a ella que quería que fuera su secretaria general, Vilanova le dijo: "Tú estás loco". María Dolores tenía una trayectoria importante. A ella le puso un reto complicado para ponerla a prueba. La envió a hacer una información muy delicada en Melilla. Se tuvo que buscar la vida ella sola, buscar contactos, hasta buscar cómo empezar. Lo pasó. Luego la hicieron secretaria general y desde entonces, es muy curioso, siempre ha habido en el número del CNI de la secretaría general una mujer. Se da por hecho que ya va a ser siempre igual. Es una norma no escrita pero ella fue la primera. Y, de hecho, ahora mismo la directora del CNI es una mujer. 

P. Precisamente, para escribir este libro habló con Paz Esteban, la actual directora temporal del CNI, ¿cómo es ella?

R. Es una mujer muy discreta que lleva en el CNI toda su vida, desde hace ya treinta años. Me contaba que al leer el libro su hija le había dicho que no sabía que ella hacía esas cosas. Sabía que trabajaba en el CNI pero no sabía exactamente qué significaba trabajar ahí. Es una persona que conoce muy, muy bien la casa y que es muy respetada por la gente de allí. Primero por su larguísima trayectoria, ha tenido destinos importantes tanto dentro de España como fuera, y ha estado en operaciones y en historias muy delicadas para España, pero también porque conoce muy bien todo.

P. ¿Qué importancia ha tenido la mujer en la lucha contra el terrorismo de ETA y contra el yihadismo?

R. Pues mucho. Y ahí me he guardado algunos datos porque hay mujeres todavía haciendo un trabajo importantísimo y simplemente por el mero hecho de contarlo se puede deducir dónde están. Algún día se contarán pero su trabajo está siendo excepcional. Han conseguido abortar operaciones importantísimas o que se liberaran a secuestrados.

P. Además, escribe también de las mafias rusas…

R. Tenemos una de las mayores expertas mundiales sobre mafias rusas. Es una mujer y está ahí. Todos tenemos la imagen de la Unión Soviética, primero, y luego de la Rusia actual en la que hay una serie de gente que no tiene principios de ningún tipo, que no se para ante nada, que manejan unas cantidades de dinero absolutamente inconmensurables y que están dispuestos a ponerlas al servicio de sus propios intereses. Y en ese mundo ella se desenvuelve muy bien y además es una persona que tiene mucha cultura rusa. A ella le atraía la literatura rusa sobre todo y aprendió el idioma por eso. Es una mujer que me impresionó mucho. 

"En el CNI siempre se conocen los fracasos pero jamás se conocen los éxitos. Los éxitos no se pueden contar"

P. España siempre ha tenido fama de tener un buen centro de seguridad, ¿opina igual?

R. Sobre todo porque como hemos tenido cuarenta años de lucha contra ETA cuando llegaron los yihadistas, teníamos ya más que una estructura, una metodología. Y yo creo que eso ha hecho que España colabore con otros países en la lucha contra el yihadismo y que muchos atentados hayan sido abortados. Uno importantísimo, pero importantísimo, en Estados Unidos. Siempre se conocen los fracasos pero jamás se conocen los éxitos. Jamás. Porque los éxitos no se pueden contar. 

P. Comenta que le llama mucho la atención la naturalidad de las mujeres a la hora de narrar sus experiencias, ¿qué más le sorprendió?

R. Pues que hablaban exactamente igual, con los mismos términos y con los mismos argumentos que los hombres con los que he hablado. Exactamente igual. Y luego que sus compañeros hablan de ellas como si fueran uno más. Es decir, que hay una igualdad raramente absoluta. Excepto un caso, cuando están de baja por maternidad. Evidentemente hoy ha cambiado mucho pero en la baja de la maternidad muchas veces las mujeres se cogen jornadas partidas, medias jornadas y eso les perjudica respecto al resto de sus compañeras salarialmente e incluso, en no contar con ellas para determinadas operaciones porque hace falta estar fuera una serie de tiempo. Pero en lo demás es exactamente igual.

P. Entre todas las mujeres también tiene tiempo para un hombre, el general Alonso Manglano, del que habla con mucho respeto, ¿cómo contribuyó él en la mejora del CNI?

R. Lo cuentan todos. En todas las entrevistas que he hecho, aunque yo no les preguntara por él, en todas ha salido su nombre. Él fue el que hizo la gran reforma. Yo tuve la posibilidad de conocerle personalmente y entiendo que haya esa admiración entre la gente que ha trabajado con él. Desgraciadamente salió por la puerta de atrás por culpa de un traidor. Un traidor al que dieron credibilidad algunos compañeros de la prensa. No indagaron lo que había detrás. Y se equivocaron.