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Letras

Las críticas a los libros de Joan Margarit

14 noviembre, 2019 18:14

Arquitecto de formación y profesión y poeta de la crueldad y la misericordia, Joan Margarit ha logrado reunir en este 2019 los dos premios más importantes de las letras en español, el Cervantes y el Reina Sofía, que premia sólo a poetas y abre el campo al ámbito iberoamericano. "Nunca he entendido a los poetas que escriben para sí mismos. ¡Vaya aburrimiento!", asegura el vate, que considera la poesía "una herramienta de consuelo". El Cultural rescata, de su extensa obra poética, las críticas más importantes de las últimas dos décadas.

Poesía amorosa completa (Hiperión, 2001). Este volumen constituye un espléndido recorrido por la obra de Margarit a la vez que una elocuente propuesta de poemas “revividos” en castellano por el autor, que ofrece ahora su propia versión sacrificando aciertos ajenos en aras de la autenticidad. Porque es ésta el estímulo generador de su poesía, sin mengua del necesario simulacro de voces y efectos de verdad esenciales para implicar al lector.

Joana (Hiperión, 2002). "Cuando yo supe que mi hija moriría, que los siguientes meses simplemente iba a vivir esto, me encaré con la poesía y dije, si hasta ahora me has servido, o lo haces en estas condiciones o nunca más escribo una sola palabra". Así habla el propio autor de un libro que, en su opinión, encierra la idea del riesgo y la dureza de una cosa que aparentemente es fácil y cómoda, como es un libro de poemas. "A mí no me interesaba lo que no pudiera escribir en caliente".

El primer frío. Poesía 1975-1995 (Visor, 2004). Esta temprana antología está llena de poemas memorables de quien considera que la poesía, algo más que “un mero producto de la inteligencia” o resultado de una minuciosa elaboración, “no es cuestión de contenido, sino de intensidad”. La poesía -afirma Margarit- es el instante que conecta el mundo con el sentimiento, el fogonazo que ilumina lo opaco y oscuro. Y sus poemas -palabra en el tiempo, magia y sentido común- iluminan sin deslumbrar.

Casa de misericordia (Visor, 2007). Galardonado con el Nacional de Poesía en 2008, esta segunda entrega de la trilogía abierta con Cálculo de estructuras sigue adentrándose en la reflexión sobre el envejecer. En el "Epílogo", el autor detalla sin ambages ni concesiones su opción poética: una poesía identificada con la vida, ajena tanto a la tradición romántica como a la vanguardista y siempre basada en la eficacia de esa intensidad que sólo se consigue con la exactitud y la concisión.

Misteriosamente feliz (Visor, 2009). La declaración del título es clara: estado de felicidad. Algún comentario reclama, sin embargo, ese “misteriosamente”. La expresión se lee en uno de los poemas de asunto trágico: “Aquí acabo, cansado, somnoliento/ y misteriosamente feliz, este poema”. Ese dato permite entender que el personaje poético es una máscara del poeta, aunque la distancia entre poeta y personaje poético es escasa en Margarit.

Se pierde la señal (Visor, 2013). De poesía autobiográfica se debe calificar este libro de Margarit. Poesía autobiográfica, por cuanto el material de muchos de estos poemas se nutren de la memoria, de manera que estos dibujan pequeñas estampas de lo vivido, salvadas así antes de que llegue el momento de la ausencia definitiva. Escribir es, pues, dejar constancia antes de que se produzca lo que ahora se nombra como la pérdida de la señal. 

Amar es dónde (Visor, 2015). Los poemas de este libro son continuación de la manera característica de su poesía, el uso de un habla cercana a la común. Y en íntima relación con ello está otra confesión del epílogo, el que los poemas que escribe Margarit hablan a un tú, a alguien, pues, cercano (aunque se trate del hipotético lector) y esa proximidad es lo propio de la conversación, ese tono tan extendido en la poesía contemporánea.

La sombra de otro mar (Nórdica, 2016). Cuenta Margarit en el prólogo las circunstancias en que conoció a Josep Maria Subirachs, en 1962, y cómo la amistad que surgió entonces, extendida a las familias, sólo la quebró la muerte. Así, este libro en el que se hermanan 18 poemas de Margarit y otras tantas piezas de Subirachs ha de verse como homenaje al amigo desaparecido y un conversar entre la palabra y la imagen.

Un asombroso invierno (Visor, 2018). Cuando se vive el invierno de la vida, la mirada del poeta contempla no sólo el paso del tiempo, sino también el paso de la historia. Los mundos desaparecidos nos obligan a buscar la identidad en la memoria, pero también a tomar conciencia del significado del presente. En Un asombroso invierno Margarit nos habla de esta tensión ética entre el ayer y el hoy cuando el futuro deja de tener peso.

Todos los poemas (1975-2015) (Austral, 2018). Esta es la última antología publicada por el poeta, que abarca desde su seminal Crónica, considerada por él mismo como su primer libro "real" ignorando Cantos para la coral de un hombre solo, hasta Amar es dónde. "El día que este libro en constante crecimiento incluya mi último trabajo es porque me habré muerto", bromeaba el escritor el año pasado en su 80 cumpleaños.