Gente caminando en Berlín el 1 de mayo de 1937. Foto: Thomas Neumann/Archivo Nacional de Noruega

Gente caminando en Berlín el 1 de mayo de 1937. Foto: Thomas Neumann/Archivo Nacional de Noruega

Letras

'Muerte en el Tercer Reich': un viaje al infierno con Jean-Christophe Grangé

Referente de la novela negra, el autor de 'Los ríos de color púrpura' nos mete de lleno en el Berlín nazi con su nuevo 'thriller'

8 abril, 2023 02:50

Con más de quince novelas de crimen y misterio a sus espaldas, varias de ellas llevadas a la pequeña y gran pantalla, además de guiones de cómic, cine y televisión, Jean-Christophe Grangé, que durante años ejerció como periodista de investigación y viajero incansable, es ya todo un referente del género. Dos décadas después de la novela que le diera a conocer internacionalmente, Los ríos de color púrpura, convertida en película de éxito seguida por secuelas cinematográficas y televisivas, vuelve a retomar algunos de sus temas, viajando ahora en el tiempo a las raíces del mal: el Berlín de 1939, en pleno triunfo de Hitler y a punto de comenzar la Segunda Guerra Mundial.

Les promises, recién publicada en España como Muerte en el Tercer Reich (Destino), es una intensa y angustiosa indagación en la oscuridad del régimen nazi en todo su esplendor. A partir de un misterio central, los brutales asesinatos de varias bellas damas de la alta sociedad berlinesa, todas ellas casadas con miembros destacados del Partido Nacionalsocialista, Grangé nos introduce en el corazón de las tinieblas de los delirios raciales, seudocientíficos y políticos de la Alemania de Hitler, utilizando los recursos de la más apasionante literatura criminal y de suspense.

Lo cierto es que el periodo nacionalsocialista y el inmediatamente anterior de la República de Weimar son escenarios privilegiados para el thriller, explorados por incontables novelas y películas, como la popular serie de libros de Philip Kerr consagrada a su investigador Bernie Gunther; la trilogía de Berlín de Jonathan Rabb, protagonizada por el inspector Hoffner, o clásicos de siempre como La noche de los generales, novela de Hans Hellmut Kirst y excelente película de Anatole Litvak, o incluso la infravalorada El huevo de la serpiente de Bergman.

'La noche de los generales' (1967), un clásico del 'psychothriller' en tiempos del nazismo

'La noche de los generales' (1967), un clásico del 'psychothriller' en tiempos del nazismo

Por no hablar, claro, de las dedicadas a oscuras intrigas criminales nazis después de la guerra: Conspiración en Berlín, Odessa, El pacto de Berlín, Marathon Man o Los niños del Brasil, todas ellas sendos bestsellers convertidos en éxitos cinematográficos.

“Estos ejemplos —explica Grangé— fueron referencias para mí. Creo que lamentablemente el nazismo, con su carácter maligno, seguirá siendo siempre fuente de inspiración para las novelas o películas más oscuras. Como bien sabemos, durante aquellos pocos años, la realidad superó a la ficción más tenebrosa.”

El periodo nacionalsocialista y el inmediatamente anterior de la República de Weimar son escenarios privilegiados para el 'thriller', explorados por incontables novelas y películas

Muchos de los asesinos citados en las páginas de Muerte en el Tercer Reich fueron siniestramente reales. Psicópatas sexuales como el llamado Vampiro de Düsseldorf, Peter Kürten, y otros como Fritz Haarman o Karl Denke, sembraron el terror en la Alemania de Weimar, fascinando también a artistas como Otto Dix y George Grosz o a cineastas como Fritz Lang, con su gran clásico M. “En efecto —prosigue Grangé—. En Alemania, desde principios del siglo XX, hubo numerosos asesinos en serie. Lo fascinante de la historia política de Alemania es que después de estos comienzos aislados, fueron otros asesinos en serie los que se apoderaron del país y convirtieron a toda Alemania en una vertiginosa máquina de matar.”

'M', de Fritz Lang, 1931

'M', de Fritz Lang, 1931

Grangé conduce su nueva novela a un territorio afín al de Los ríos de color púrpura, donde presentaba una suerte de conspiración moderna para crear una “raza superior” siguiendo los locos sueños de la eugenesia supremacista nazi. Muerte en el Tercer Reich nos devuelve a los inicios de estas teorías y su aplicación en la Alemania de Hitler: “La realidad era mucho peor que la ficción. En Estados Unidos y en Europa existió realmente este espejismo de querer mejorar la humanidad organizando los nacimientos, eliminando las ramas imperfectas del desarrollo humano. Los nazis llegaron más lejos y fueron los más radicales. Vuelvo a insistir en este aspecto del nazismo, de las manipulaciones que pretenden modificar a la humanidad, porque la cara más terrible del mal es la que se da a sí misma la apariencia del bien.”

Para enfrentarse a este mal que se disfraza de altos ideales, Grangé pone en juego a un duro y brutal agente de la Gestapo, a un psicoanalista mujeriego aficionado al chantaje, y a una psicóloga criminalista alcohólica y fracasada. Un peculiar y poco fiable trío de héroes —o antihéroes—, que por separado parecen incapaces de nada bueno, pero juntos consiguen algo más que atrapar al asesino: redimirse a través de su propio descubrimiento del horror.

Jean-Christophe Grangé. Foto: Patrick Fouque/Paris Match/Contacto

Jean-Christophe Grangé. Foto: Patrick Fouque/Paris Match/Contacto

Me gustaba mucho la idea de crear personajes al límite, un poco confusos. Quería que fueran ambiguos, considerando que iban a seguir un aprendizaje, a descubrir el alcance de la oscuridad del nazismo en el transcurso de la investigación que llevarían a cabo juntos. Mientras rastrean al asesino, descubrirán lo que se está tramando subterráneamente en la Alemania de finales de la década de 1930. Un viaje al final del infierno con protagonistas también oscuros.

»Por ejemplo, me interesaba que uno de mis personajes perteneciera al nazismo. Es interesante verlo evolucionar y descubrir el alcance total de ese mal, hasta el punto de que él mismo acaba por rebelarse. En mis novelas, los investigadores arrojan luz sobre la verdad de los hechos. Pero esta verdad, a cambio, arroja una luz particular sobre los propios héroes.”

"Quiero que mi lector tenga la impresión de descubrir en mis páginas un hecho real que se le había escapado"

Para que esta tenebrosa aventura en el vientre de la bestia resulte eficaz, Grangé ha reconstruido detalladamente el Berlín de 1939, con la precisión y viveza del verdadero historiador: “Me sentía un poco preocupado, porque la novela histórica, más allá del contexto y los hechos de la época que hay que estudiar, nos habla de una cotidianidad completamente diferente a la nuestra. Esto te obliga a comprobar todos los detalles. El tipo coge una pluma, ¿es una estilográfica o existía ya el bolígrafo? Para la topografía de la ciudad trabajé sobre planos antiguos, porque estaba totalmente destruida.

»Una vez realizada esta investigación histórica, uno puede pensar que ya tiene su novela. Fue una investigación muy interesante, porque a través de los libros tuve realmente la impresión de sumergirme en el pasado. Este vértigo se vio reforzado por el hecho de que toda mi investigación se llevó a cabo durante el Covid, en el que estuvimos confinados. Así que estaba encerrado con mis libros y realmente tenía la sensación de estar rodeado por todo ese universo.”

Junto a los protagonistas y situaciones imaginados por Grangé, vemos desfilar nombres de películas, personajes, artistas y sucesos reales, que el autor introduce con habilidad, hasta hacernos dudar acerca de qué es verdad y qué es ficción en su novela: “Me esfuerzo en mis libros para sumergir al lector en el universo más creíble posible. Quiero que mi lector tenga la impresión de descubrir en mis páginas un hecho real que se le había escapado. Por eso coloco puntos de referencia reales que contribuyan a convencer de la veracidad de los elementos imaginarios.”

Como en buena parte de la obra de Grangé, lo esotérico y fantástico parece acechar en cada página, para nunca materializarse del todo. En la línea característica de una cierta tradición de la novela enigma que se remonta al Conan Doyle de El perro de los Baskerville, pero que tiene también en Francia ejemplos clásicos como los de Maurice Renard, Pierre Very o Boileau & Narcejac y tan actuales como Fred Vargas, Grangé utiliza lo sobrenatural sin que llegue a manifestarse como tal, para explicarlo finalmente de forma lógica y materialista.

En Muerte en el Tercer Reich la presencia de lo onírico, el psicoanálisis, las leyendas gitanas, “El hombre de mármol” (especie de golem vengador), el cine de terror, lo mitológico y pagano, es constantemente evocada a través de los actos de seres humanos de carne y hueso. ¿Podríamos hablar de una visión jungiana en sus novelas? ¿Donde lo arquetípico se hace presente a través de las acciones de individuos que se convierten inconscientemente en su manifestación visible?

"Me parece muy interesante utilizar los grandes mitos, encarnándolos a través de asesinos o en general de personajes amenazadores, para mostrar así toda su actualidad"

“Absolutamente. Me parece muy interesante utilizar los grandes mitos, encarnándolos a través de asesinos o en general de personajes amenazadores, para mostrar así toda su actualidad, es decir, su permanencia. Estos grandes mitos son como iconos que se alzan por encima de nosotros, amenazantes. En mi novela El elegido, en mi opinión, cometí un error al darle a mi trama detectivesca un final fantástico. Creo que, por el contrario, el lector de novela policíaca espera una solución racional, aunque la propuesta inicial parezca irracional. Es, precisamente, una forma de mostrar que lo que parece imposible en el orden de lo terrible y la crueldad, es perfectamente posible y explicable.”

Se devuelve así el “problema del mal” a la propia naturaleza humana. Un motivo central no solo en Muerte en el Tercer Reich sino en todas las novelas del autor: “La gente piensa que siento fascinación por el mal, pero hablo de este por rechazo. Escribo sobre el mal porque, desde mi infancia, nunca he sido capaz de aceptar esa pulsión propia del hombre: la única especie capaz de ser cruel consigo misma. El ser humano ha ido incluso más allá al agredir a sus propios hijos.

»Siempre digo que la idea de la violencia humana me resulta insoportable. Pero cuando esta violencia se dirige a los niños, alcanzamos el grado máximo de lo soportable. La violencia generalizada del nazismo afectó ciegamente a millones de niños. Tenemos que pensar en ello todos los días para que nunca vuelva a suceder.”

Puede parecer pretencioso creer que, a través de las historias de crimen y misterio es posible reflexionar sobre temas tan profundos y espinosos, pero… ¿y si fuera justo lo contrario? “La novela policíaca es la mejor manera de hacer perceptible la crueldad humana —sentencia Grangé—. Es al ser atrapados por una historia, hechizados por sus personajes, que nuestra conciencia de esta se hace más profunda. Paradójicamente, es ofreciendo al lector una ficción imaginaria como le hacemos vivir más intensamente la verdadera naturaleza del peligro.”

Muerte en el Tercer Reich es un fresco de la Alemania nazi que trasciende en muchos aspectos el relato de misterio para tocar temas históricos, morales y humanos con carga de profundidad. Pero, a pesar de sus casi setecientas páginas, es sobre todo una trepidante y retorcida intriga repleta de emoción, situaciones rocambolescas, giros insospechados, peligro y sorpresas. Grangé combina la atmósfera turbia y los personajes ambiguos del genuino noir con el intrincado enigma criminal clásico, el suspense al borde del terror y un sentido de la acción y la aventura que se aleja del moderno polar o policial francés.

“Las series actuales son ahora lo que fueran en su día las novelas de Balzac, Dostoievski o Zola"

Al leerla, parece como si se saltáramos en el tiempo, conectando directamente con la gran tradición de la novela por entregas de finales del siglo XIX y principios del XX puesta al día: Gustave Le Rouge, Arthur Bèrnede, Maurice Leblanc, pero, sobre todo, Gaston Leroux. ¿Se siente Grangé su heredero? “A lo largo de mi infancia, estos autores y sus personajes me conmocionaron (y aterrorizaron). Nos guste o no, siempre son los miedos de tu infancia los que regresan para expresarse en tus obras adultas. Estos escritores y sus creaciones convertidas en mitos pertenecen ahora al inconsciente colectivo.

»Creo que, en efecto, como creador de mi tiempo, solo actualizo estas figuras atemporales. En este sentido, mi “Hombre de mármol” que aparece en los sueños de sus víctimas no es otra cosa que una nueva personificación de los terrores más profundos, al igual que en su momento Fantomas o El Fantasma de la Ópera”.

'Fantomas', de Allain y Souvestre, la herencia del folletín

'Fantomas', de Allain y Souvestre, la herencia del folletín

No sería raro que Muerte en el Tercer Reich se convirtiera pronto en serie o miniserie televisiva, pues para Grangé solo existe un heredero hoy de esta tradición, que se adapta perfectamente al estilo de sus obras: “Las series actuales son ahora lo que fueran en su día las novelas de Balzac, Dostoievski o Zola. Con las series, la novela ha encontrado un nuevo renacer. Sufro con las películas por falta de tiempo para contar una historia. Con la división en episodios, podemos penetrar en los matices de los personajes, es más interesante. Creo que en general mi estilo está más próximo a los folletines del siglo pasado y que el mejor soporte para adaptar mis novelas en detalle es la serie de varios capítulos.”

Sin embargo, pese a su optimismo respecto a las series como moderno modelo narrativo ideal del suspense y el misterio, el futuro del género se halla para Grangé, paradójicamente, en el pasado: “Me invade un gran cansancio al pensar en la era contemporánea. Ahora las investigaciones policiales son, por un lado, la policía científica analizando los pelos de la alfombra y, por otro, los investigadores que se pasan la vida frente a un ordenador. La tecnología ha destruido por completo la esencia de la novela policíaca, con un tipo solitario llamando a distintas puertas, conociendo gente y moviéndose entre diferentes ambientes sociales.

»Hoy en día, tienes toda la información al alcance de tu mano. Por tanto, he decidido a partir de ahora escribir sólo novelas históricas. Mi próximo libro tiene lugar en plena moda hippie de los años 70, me encanta este período. Tengo mucho trabajo por delante: primero, la investigación, y después, un período de maduración de mi investigación para construir la historia.”

Puede que, nos guste o no, en la era de internet, los móviles, las redes sociales y la Inteligencia Artificial, al menos para el asesinato considerado como una de las bellas artes, todo tiempo pasado sea mejor.