María Oruña: Carlos Ruiz

María Oruña: Carlos Ruiz

Letras

Un crimen brutal en 'Los inocentes', de María Oruña: más acción que nunca en su novela más policíaca

La escritora imprime un ritmo acompasado a todos los giros que nutren su nueva obra, de acción vertiginosa e intriga desatada desde el principio.

7 octubre, 2023 03:11

Debutó en 2015 con la primera de las entregas que hoy conforman la aplaudida serie de novelas “Los libros del Puerto Escondido”, a la que ahora se suma Los inocentes, de manera que son ya seis los títulos que componen la saga de María Oruña (Vigo, 1976), fiel a la elección del paisaje de Cantabria como escenario desde el que defiende, historia tras historia, su adscripción al género negro, al relato detectivesco de Ágatha Christie y al método deductivo de Hércules Poirot. En sus libros se intuye a una lectora voraz y a una escritora disciplinada y exigente con los motivos de su escritura.

Los inocentes

María Oruña

Destino, 2023. 461 páginas. 21,90 €

La realidad le sirve de inspiración para sus casos, el rigor le impulsa a documentar las posibilidades que ofrece el asunto central y, a partir de ahí, se lanza a fabular con el proceso policial. Esta técnica la ha ido afianzando con tramas bien urdidas que logran lo que se proponen y lo que tantos anhelan: el disfrute de una intriga policial.

Advirtamos que no es necesario haber leído anteriores entregas para acceder a Los inocentes. Cada caso se investiga y se resuelve de manera autónoma, aunque en este –en palabras de la autora– la aventura es más policíaca y con más acción que en el resto. Así es: acción vertiginosa, ritmo acompasado a todos los giros que la van nutriendo e intriga desatada desde las primeras escenas.

La peripecia policial la animan recursos que hacen del argumento un vehículo para plantear cuestiones éticas y dilemas morales sobre la pérdida, el dolor, los deseos de venganza, el poder o el dinero. Por debajo de estos motivos late un asunto inherente a la condición humana: las circunstancias que motivan sus actos.

Tales temas vienen propuestos desde el esquema esencial de la trama: en medio de un escenario de calma irrumpe un crimen brutal y despiadado contra un grupo empresarial que se disponía a pasar un fin de semana en el balneario de Puente Viesgo. El aviso le llega a la teniente Valentina Redondo en la tranquilidad de su día libre, en el pequeño hotel rural que regenta Oliver, su novio escocés, mientras ultima con él y el mejor amigo de este, detalles de la boda que celebrarán en dos semanas.

En sus libros se intuye a una lectora voraz y a una escritora disciplinada y exigente con los motivos de su escritura

De inmediato se pone en marcha el equipo de homicidios de la Guardia Civil y no tardan en constatar que la que llamarán “Operación Templo” les enfrenta a un móvil oscuro y siniestro, y que la teniente Redondo debe enfrentarse de nuevo al autor del caso que dejó en ella cicatrices visibles y lesiones irreparables.

Hasta aquí brevemente el arranque de la peripecia. Que sepan sus incondicionales que el misterio avanza sobre una intriga creciente gracias, entre otros recursos, a la idea de mantener tensión en el juego constructivo: aunque hay una única línea temporal conviven dos tramas, la emocional y la aventura policial.

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La primera sirve de enlace para perfilar personajes, recuerdos e ideas que evocan otros tiempos y otros mundos, sin la segunda perdería sentido la investigación que anima el conjunto. Que la acción avance sobre ese doble juego es uno de los recursos más acertados; solo la entorpece la omnipresencia de la voz narradora, empeñada en hacerse explícita, en advertir y dirigir nuestra mirada.

Y un último apunte digno de resaltar: el enfoque de la investigación no recae directamente sobre el autor del crimen, como es habitual, sino sobre sus “razones”. Desde esta perspectiva, la novela parafrasea la idea de “inocencia” de Crimen y castigo (Fiodor Dostoievski), y sugiere la culpabilidad de una sociedad que acoge estos actos con sus normas y su desamparo. Desde ese enfoque es obligado volver sobre el misterio contenido en el título y preguntarse: ¿quiénes son, en realidad, “los inocentes”?