'Mujer azul': el abuso sexual y la dificultad de una mujer para ser creída en una novela que nos hace temblar
Antje Rávik Strubel dosifica con maestría la historia de esta obra, Premio Alemán del Libro, una larga y sabia reconstrucción de un daño personal.
4 febrero, 2024 01:15Antje Rávik Strubel, berlinesa nacida en Potsdam en 1974, creció aún en la antigua Alemania del Este, algo que, inevitablemente, dejó huella, no solo en lo personal, sino también en sus personajes literarios, especialmente en esta Adina, protagonista de Mujer azul, que ya aparecía en alguna de sus anteriores novelas como Unter Schnee (Bajo la nieve).
Mujer azul obtuvo el Premio Alemán del Libro en 2021 y junto a la espléndida ficción que contiene sus páginas, hay además ocho años de ardua investigación en diferentes lugares e instituciones, tanto de Alemania y Estados Unidos, como de Finlandia, especialmente del Helsinki donde se ambienta buena parte del libro.
Adina, también llamada Sala, es una joven checa, de una población de montaña, que vive con su madre junto a la estación de esquí cercana a la frontera polaca. Poblaciones dominadas militarmente en su día por los alemanes y más tarde por los soviéticos, que hoy en día disfrutan los turistas y esquiadores alemanes y rusos, a los que Adina, de adolescente, sirve vino caliente y licores.
Ella sueña con ampliar su mundo y a los 21 años se marcha a estudiar alemán a Berlín, vive en un albergue, y tras una breve estancia obtiene una beca cultural en una finca junto al Óder, una ayuda de intercambio con los antiguos países del Este.
El libro es la larga y sabia reconstrucción de un daño personal. Antje Rávik Strubel dosifica con maestría la historia y la denuncia de un abuso sexual y ahonda en la dificultad de muchas mujeres para ser creídas o simplemente escuchadas en una Europa supuestamente moderna y justa.
Strubel es una narradora compleja, inteligente y con un increíble don para la precisión descriptiva
Adina escapa de Alemania a Helsinki, donde, mientras trabaja sin contrato de camarera en un hotel, conoce a un profesor de universidad y diplomático estonio, diputado del parlamento europeo, Leonides, un idealista bienintencionado, luchador por los Derechos Humanos, pero bastante ciego ante las ciénagas de una Europa dirigida por intereses comerciales y por personajes oscuros que dan su mejor cara en público y hasta reciben galardones.
Strubel es una narradora compleja, inteligente y con un increíble don para la precisión descriptiva y para montar tramas dilatando y dosificando el suspense y los secretos. La sensación de dolor y de amenaza por desvelar recorre el texto y flota sobre el conjunto arrastrando al lector.
Personajes, cómplices del daño, como Razvan Stein o Ira, y sobre todo el infame y diabólico político alemán, Johann Manfred Bengel (un fantasma del pasado con el que Adina se reencuentra en Helsinki en una recepción del ayuntamiento) quedan descritos con una maestría que provoca auténtico temor y temblor. No es fácil encontrar el valor para denunciar a los poderosos, aunque en el camino se encuentren tablas de salvación en diputadas tan comprometidas como Kristiina.
Las relaciones de dominio en una sociedad donde la mentalidad machista y exculpatoria sigue imperando, la imposibilidad de transparencia y de verdadera justicia, la hipocresía y falsedad de las iniciativas políticas culturales, los turbios manejos empresariales e intereses comerciales que guían las decisiones económicas, o las concesiones de premios, a veces a verdaderos verdugos con piel de cordero, son asuntos en los que Antje Rávik Strubel ahonda y deja magistralmente al descubierto en esta Mujer azul.