La fiebre de los pódcast culturales: la revolución también es sonora
De posibles rivales de la radio a convertirse en aliados estratégicos, también para la difusión cultural. Literatura, cine, arte, música, teatro: todas las disciplinas artísticas tienen cabida en este vasto mundo.
26 febrero, 2024 02:10Si en 2020 hablábamos de la ola del pódcast, ahora deberíamos referirnos a ella como tsunami. Han pasado solo cuatro años pero su crecimiento y popularidad en España es imparable.
Según el Estudio de Audio Digital de IAB en 2023, el pódcast se ha convertido en el tercer formato de audio digital más escuchado en España, por detrás de la música y la radio en directo. En total, más de la mitad de los oyentes, un 54%, escucha a diario pódcast.
El año pandémico fue un año esencial para el mundo del podcasting con la entrada de grandes plataformas como Spotify, Podimo y Audible. A ellos, se les ha unido recientemente YouTube, que ha apostado por los vídeo pódcast y se ha lanzado junto con los otros grandes del streaming a la caza de la publicidad.
En 2023, según datos de Statista, el gasto publicitario destinado a los pódcast marcó un nuevo máximo histórico al rozar los seis millones de euros en España, y se prevé que aumente en los próximos años.
[Subidos a la ola del podcast]
Acuñado en Estados Unidos en 2004 e importado oficialmente en España con el nacimiento de Podium Pódcast en 2016, este formato ha encontrado su lugar en las rutinas de las personas, especialmente en la Generación Z, aunque no exclusivamente.
Poder escucharlo en cualquier lado, la posibilidad de realizar otras actividades mientras se escucha y la variedad de contenidos son los principales motivos de su triunfo.
Entre las tendencias respecto a los contenidos, María Jesús Espinosa de los Monteros, directora general de Prisa Audio, asegura a El Cultural que los videopodcast de influencers y celebridades siguen siendo los más vistos y escuchados, aunque las ficciones sonoras y los branded podcast, realizados junto a marcas, “no paran de crecer”.
Por otro lado, los géneros estrella de los oyentes son el true-crime, la psicología, la ciencia y el entretenimiento, temática que concentra la mayor oferta de contenidos.
Dentro de esta gran amalgama se clasifican los pódcast culturales y, en concreto, los literarios. Estos se han convertido en un pilar relevante dentro de las editoriales que, entre una oferta cultural infinita, los utilizan para dar un valor añadido a los lectores.
Anagrama (Tema Libre), PlanetadeLibros (¿Te quedas a leer?) o Blackie Books (Grandes Infelices) son solo algunos de los sellos que poseen su propio pódcast. Para el escritor Javier Peña, que dirige Grandes Infelices, el contacto con los lectores “es esencial”, ya que “la cultura consiste en compartir conocimientos y referentes. Por eso funcionan tan bien las comunidades lectoras”.
¿Nuevos críticos literarios?
El pódcast de Blackie Books, que ya tiene cuatro temporadas, busca “acercar y humanizar a los escritores y escritoras”, y desmitificar sus vidas. Alejandra Pizarnik, David Foster Wallace o Roberto Bolaño han sido algunos de los protagonistas del pódcast, en el que cada episodio funciona como un relato en sí mismo, de unos 40-45 minutos de duración.
Respecto al éxito del programa, que ha cruzado el charco y posee gran cantidad de público en Latinoamérica, Peña opina que puede darse gracias a que los oyentes “sienten que es un pódcast honesto, un producto puramente cultural en un momento en que todo es mercado y dinero”.
Además, resalta, “me parece muy loable que desde un sello editorial se publique un pódcast que promociona los libros de otras editoriales. Al final, lo que nos tiene que importar a todos es divulgar literatura y cultura”.
Aun así, considera que los pódcast no han quitado protagonismo a la crítica literaria, “no más que las redes sociales”, sino que hoy en día la forma de prescribir es muy diversa.
“Precisamente porque hay una oferta infinita, el lector necesita que alguien le ayude a escoger su próxima lectura. En ese sentido, creo que los pódcast y la crítica tradicional son perfectamente compatibles. Lo importante en ambos casos es que el contenido sea bueno, respetuoso con el lector y bien cuidado. Siendo así, creo que el formato es lo de menos”.
Con esa misma filosofía conviven pódcast literarios como Nota al pie (Vanity Fair), Una pregunta, literal (Aceprensa), Demasiadas mujeres (Radio Primavera Sound), Rosapasapagina (El Español) o Punzadas Sonoras, último fichaje de Radio Primavera Sound. Dirigido por Paula Ducay e Inés García, se ha convertido en un pequeño fenómeno en cuestión de años.
Una comunidad sonora
Ambas cuentan que, de grabar con el móvil de forma autodidacta a dedicarse profesional y exclusivamente al podcasting cultural, ha habido muchos meses de trabajo. “No solo supone leer durante horas; lo más difícil es ordenar las ideas de manera coherente, que se entienda bien y conseguir cierto equilibrio entre temas a veces serios y peliagudos y un tono fresco, ameno y cercano”, relatan sobre el proceso creativo del programa.
Con el pódcast, así como con los talleres literarios y clubes de lectura que realizan, estas dos jóvenes filósofas han conseguido encandilar a los oyentes con sus interpretaciones sobre las teorías de Roland Barthes, creando una comunidad lectora única.
“Aunque no leamos juntas sí hay una cierta lectura acompañada y compartida. Lo bonito de recomendar libros y que te los recomienden es que incluye una carga afectiva. No son simples reseñas de los libros, sino que llevan algo de la persona que los ha leído. Así nos gustaría que fuera esa pequeña comunidad: un espacio en el que se da un intercambio de interpretaciones, lecturas, pensamientos y emociones”.
La oferta y el éxito de los pódcast literarios demuestra que la gente tiene ganas de leer, sobre todo desde que ha descubierto que puede ser una actividad compartida. Algo parecido ocurre con otras disciplinas culturales.
Cultura a la carta
Desde programas que analizan la actualidad cinematográfica como El cine en la SER, dirigido por Pepa Blanes o La Script, de María Guerra, presidenta de la Asociación de Informadores de Cine de España (AICE), a salas que han apostado por lanzar su propio programa, como Mi cinema Paradiso, pódcast de los cines Verdi.
También la fórmula de la radio musical se ha visto influenciada con la llegada del pódcast, con programas como El Sótano (Radio 3), uno de los más longevos de la escena musical, o Sofá Sonoro (SER Pódcast), que profundiza en las vidas de los artistas que han marcado el siglo XX y XXI.
En el arte y la historia, mientras que en Las Hijas de Felipe (Podium) Ana Garriga y Carmen Urbita recuperan las figuras femeninas del barroco español con una mezcla de espontaneidad y rigor académico, en Sororas, antiguas pero modernas, del Museo Thyssen-Bornemisza, se aborda la obra de mujeres artistas a lo largo de la historia.
También el teatro tiene cabida en este vasto mundo. En Vamos con Todo (SGAE), la periodista cultural Marta García Miranda conversa con creadores y creadoras de las artes escénicas que están llevando a las tablas sus representaciones.
Alrededor de desenfadadas entrevistas también giran un gran número de pódcast culturales. Por Hotel Jorge Juan (Vanity Fair), Participantes para un delirio (Yes We Cast) o Reinas del grito (Blackie Books) desfilan cineastas, escritores y todo tipo de personalidades de diferentes ámbitos artísticos para compartir sus experiencias, sus miedos y sus fantasías.
Mientras que en pódcast conversacionales como Deforme Semanal o Arsénico Caviar (Podium) —premiados con sendos Premios Ondas Globales del Pódcast— el cine, la literatura, el feminismo y la cultura se transmiten a través del humor y la ironía.
A este tsunami se han unido formatos convencionales como la radio, que lejos de haber identificado el pódcast como una amenaza, lo ha considerado un aliado estratégico. Para la directora general de Prisa Audio, el podcasting ha beneficiado a la radio “en la captación de nuevos talentos, en la especialización de temáticas y en el florecimiento de nuevas narrativas menos pegadas a la inmediatez y mucho más a la posproducción”.
De esta forma, se ha desarrollado la radio offline o en diferido, que aporta una mayor atemporalidad a los contenidos y la libertad al oyente escuchar sus programas favoritos en cualquier momento, como es el caso de La Cultureta (Onda Cero), dirigido por Rubén Amón y en el que participa, entre otros, el escritor Sergio del Molino.
También han visto una oportunidad los grandes diarios españoles, que ya lanzan diariamente sus propios pódcast para llegar a nuevas audiencias. Entre ellos destacan En la sabana de Puri Beltrán en El Español y Un tema al día de Juanlu Sánchez en elDiario.es.
Más allá del sonido
El podcasting ha trascendido el mundo sonoro para convertirse en habitual en salas de teatro y cines. Según el Observatorio Ivoox 2023, el 23,75% de los creadores ya están llevando a cabo pódcast en directo con público como una forma extra de monetización.
Uno de los que lleva años en esta actividad es Deforme Semanal, dirigido por Lucía Lijtmaer e Isabel Calderón, que ha adaptado su programa al formato en directo, alternando la grabación entre el estudio y el teatro.
“Ahora mismo nosotras nos ganamos la vida con las suscripciones y el teatro”, asegura Calderón, cuyo pódcast, a día de hoy, es autogestionado. “Hay gente que le gusta más el formato radio, escuchar una historia, y hay otra que le gusta más la adrenalina del directo”, cuenta la humorista y guionista.
Al pódcast se le augura un futuro prometedor, pero no exento de obstáculos. Para Espinosa de los Monteros, la industria deberá enfrentarse al reto de seguir haciendo crecer el mercado en un proceso marcado por la corrección actual por parte de la inversión de plataformas.
No obstante, no parece que la ola esté camino de deshincharse, pero sí se va a diluir la idea de que “todo el mundo tiene un pódcast”, aseguran las jóvenes de Punzadas Sonoras, quienes consideran que este “ha pasado a ser algo más que tachar en la lista de cosas que se pueden mercantilizar a través de personas con cierta fama”.
Aunque todavía le queda mucho camino por recorrer, la clave para sobrevivir en este infinito mar sonoro reside en encontrar el equilibrio entre la calidad del contenido y la obtención de la mayor difusión posible. Quizá solo así, el pódcast consiga su objetivo de erigirse como una nueva industria cultural.