Denuncia socioeconómica desde el 'Planeta invernadero' de Rafael Navarro de Castro
La injusticia de nuestro tiempo y el capitalismo salvaje está en el centro de esta novela que se suma a la narrativa crítica generada por la crisis de 2008 y el 15M.
11 mayo, 2024 02:20Rafael Navarro de Castro (Lorca, 1968) suma Planeta invernadero a la numerosa narrativa crítica generada por la crisis de 2008 y por la contestación social del 15M. El conjunto de la novela incluye un censo amplio de motivos: la inmigración ilegal por causas económicas, el drama de los balseros, la esclavitud sexual de mujeres víctimas de mafias, la corrupción o el capitalismo salvaje.
A esta habitual nómina de sangrantes tropelías agrega Navarro un asunto menos frecuente, el machismo. Y aporta el leitmotiv diferenciador de su trabajo, la producción agraria incentivada con productos químicos perjudiciales para la salud.
La inquietante imagen del título del libro extiende a toda la tierra con valor metafórico el cultivo en invernaderos en el Poniente, impreciso lugar del sureste peninsular donde se centra la acción de la novela. Por elevación, esta se convierte en un furibundo aviso sobre un cambio climático irrreversible.
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Esta múltiple problemática la cuenta Sara, una ingeniera agrónoma de 40 años. Empleada de una cooperativa hortofrutícola, le llueven amenazas por exteriorizar los secretos inconfesables de la manipulación de la tierra, abandona su trabajo y se retira al campo, donde emprende el relato en primera persona de sus experiencias.
Sara escribe una novela neonaturalista repleta de datos testimoniales con estilo funcional. Conjuga al modo decimonónico el análisis psicológico de su personalidad atormentada y el documento colectivo. Se recrea en el relato de anécdotas laterales que ocasionan una extensión desmesurada del libro. Se dilata en descripciones prolijas de fisiologismo sexual. No le hace ascos al folletín y crea momentos de fuerte carga emocional para sacudir al lector.
Rafael Navarro erige un vívido retablo con la brutal injusticia socio-económica actual
Todo ello no es ejercicio narrativo gratuito sino que está al servicio de una ostensible voluntad de denuncia. Rafael Navarro erige un vívido retablo con la brutal injusticia socioeconómica de nuestros días.
El desenlace del argumento resulta, sin embargo, ideológicamente paradójico: la decisión de Sara de aislarse en el campo supone una deserción contradictoria con la perspectiva de izquierdas de la novela.