Juan Vico deconstruye a Dino Campana, el poeta "maldito" y desobediente de Italia
- El escritor ofrece su visión personal del hombre, del mito y del artista, que habita en la misteriosa intersección entre talento y locura.
- Más información: Reseña de 'El animal más triste', de Juan Vico
"Hay narradores, aseguraba Montaigne, cuyo fin es contar los hechos, y otros se conforman con contar lo que pudo suceder; entre ambos, seguramente, deambulamos los demás, devoradores de despojos, espigadores del rumor". Son estas algunas consideraciones del narrador de este libro, una voz subjetiva cuya presencia nos va a acompañar a lo largo de una suerte de biografía ficcionada que recorre la vida del poeta Dino Campana (1885-1932), referencia esencial de la literatura italiana del novecientos.
Voz que no deja solos a sus lectores, les avisa de la carga emocional de un relato versado en el misterio de una personalidad que habita en la intersección entre talento y locura. Voz que se pone del lado de su personaje, a quien se arrima en su imparable deambular, en la trama de fugas y regresos que representa su vida.
Quiere trazar una visión del hombre, del mito y el artista desde el tono que mejor le sienta al protagonista, su propio aliento poético. Sus palabras son, en realidad, la declaración de las intenciones del autor, y en estas no parece reinar otra voluntad que la de proponer su personal versión del mito.
Es esto lo que en realidad encontramos tras el título Los regresos: una vida real imaginada. Es la última apuesta de Juan Vico (Badalona, 1975), consolidado poeta (Vísperas de ayer) y narrador (Los bosques inmortales, El animal más triste).
Una arriesgada apuesta en un doble plano: argumental y estilístico. El primero transita por los puntos ciegos de un poeta poco conocido en España, trata de despertar interés por su figura y por el marco familiar y social que estigmatiza "su locura". El estilo, por su parte, se sirve de una prosa casi lírica, subida de tono en determinados momentos para acompasarla a los vaivenes del poeta "maldito".
Asumía riesgos este particular modo narrativo. Pero lo cierto es que logra una historia realmente interesante, pone sobre la mesa cuestiones y dilemas de indiscutible interés (¿podía escapar de esa herencia?, ¿bebe su poesía de su inestabilidad mental o ha nacido pese a ella?), y se lee de un tirón. Y la razón es la manera ágil y documentada de ir presentando la historia sirviéndose de recursos con los que asomarse a sus zonas oscuras: retratos del poeta, fotos de familia, detalles que resaltan el misterio de su personalidad.
Juan Vico presenta la historia de manera ágil y documentada, sirviéndose de recursos con los que asomarse a sus zonas oscuras
Siguiendo el eje temporal que corresponde al relato de una vida, la articula en nueve episodios que parten de una familia acomodada, se detienen en su infancia y adolescencia, en las tempranas muestras de conducta errática, desidia escolar y desobediencia, y la obligación de cargar con una singular herencia: la locura del "tío Mario", hermano menor de su padre. Su juventud transita entre internados, universidades, fugas, retornos, ingresos psiquiátricos y tratamientos fallidos que le vuelven más rebelde y ensimismado. Y a la vez resignado a ser "el hombre que los demás quieren que sea mientras camina en busca de ese otro que nunca llegará a ser".
Su fiel narrador se mueve con él por la Europa real de la Primera Guerra Mundial, y América; por los recursos de la psiquiatría en ese tiempo y por personajes reales, coetáneos y clásicos admirados por el poeta órfico. El subterfugio de la escritura, la turbulenta historia de amor con la escritora Sibilla y el malditismo que rodea el nacimiento de su primer libro, cuya pérdida reemplaza por Cantos órficos –la gran jugada maestra de su destino poético–, son factores determinantes en esta historia de locos que, como tantas historias marcadas por el infierno de los asilos mentales, acaba mal. Vida y relato literario pugnan por evitar que esta "fábula hecha de niebla, de huidas y retornos", deje de ser narrada.