Piezas sobre arte
Paul Valery
12 marzo, 2000 01:00Su pequeño ensayo "La conquista de la ubicuidad" abría las reflexiones de Benjamin sobre la obra de arte en la época técnica. Es una lástima que no le hiciera caso. No se trata sólo de que las obras adquieran en su reproducción "una especie de ubicuidad", y de lamentarse por la pérdida de un aura que Baudelaire había dejado tranquilamente en el barro; es que en su visión de futuro Valéry apuntaba nada menos que "...nos alimentaremos de imágenes visuales y auditivas que nazcan y se desvanezcan al menor gesto, casi un signo". Y sabedor de que los filósofos están hoy día a la que salta, les proponía un negocio adecuado a sus capacidades: "...una sociedad para la distribución de Realidad Sensible a domicilio".
Es verdad que vivimos en una época que "es dura con los originales", que "ya no hay nadie", que "no hay más que masas". Pero lo mismo sucede también con la obra bien hecha y sostenida: "el hombre de hoy no cultiva lo que no se puede abreviar". Y así el verdadero aura de la obra de arte, acaba siendo su reproducción, no sólo bajo la forma de la copia sino, sobre todo, de la cita : "¡Con que eso es la Gloria... le cita cualquiera, y usted se cree que es alguien!...". Heidegger no hubiera analizado mejor nuestra existencia inauténtica en el olvido del Ser: somos entes palanganeros que ponemos comillas en la casa de citas de la historia.