Con un estilo eficacísimo, un acopio de datos necesarios y nunca tedioso, Ébano es un reportaje impresionante

Este libro sobre áfrica es auténtico viaje iniciático para el lector: nos sacude y nos transforma porque nos acerca una compleja y profunda realidad humana. Ryszard Kapuscinski es un periodista polaco a quien Stella Pende, de "Panorama", llamó "el escritor y ensayista más celebrado del mundo". Kapuscinski se lo jugó todo por áfrica. Desafió la enfermedad, la malaria y la tuberculosis por poder hacer realidad su sueño: trabajar en áfrica. Se comportó como esos pastores somalíes de los que nos habla en el libro: hombres que no quieren vivir si no es junto a su camello y en su desierto, aunque el destino que les aguarda sea la muerte de sus mujeres, sus hijos, sus camellos y al fin la propia bajo el sol. Esta entrega del autor a su causa es lo que dota a ébano, un conjunto de relatos y crónicas sobre diferentes países africanos, de un valor especial. Su actitud es la del periodista "intencional", que aspira a cambiar el mundo. Al intentar explicarnos la compleja realidad africana se enfrenta a un verdadero gigante y coloca el listón para los colegas de profesión en lo más alto.

Kapuscinski no pierde el tiempo describiendo la belleza de los paisajes. Todo su interés apunta a explicarnos qué larga y trágica historia esconden estos negros que hoy vemos cavando zanjas en nuestras ciudades, esas negras que se prostituyen en nuestras esquinas. Nuestra mirada sobre ellos cambiará tras conocer sus orígenes, la terrible historia de su tribu, sacudida por dictadores negros hoy, esclavistas blancos ayer. La primera reflexión que nos abre los ojos ante esta áfrica incomprensible es la que nos hace asimilar que la esencia de las relaciones entre africanos y europeos es "la diferencia racial, el color de la piel". Que el pasado no es agua pasada, a pesar de que estos pueblos carezcan de historia escrita. Que áfrica es una comunidad humillada y acomplejada porque desde el siglo XV fue sometida a "emboscadas de los blancos", que esclavizaron a millones de africanos. El libro nos habla de los primeros activistas que consiguieron independizar sus países de las metrópolis europeas, y de muchas de las consecuencias de los nuevos regímenes, en manos de militares sanguinarios. Al heredar el áfrica libre el sistema colonial, la lucha por el poder cobró enseguida un carácter extraordinariamente feroz y despiadado. Los nuevos caciques, procedentes de los llamados "bayaye" ,masa hambrienta que pulula en las ciudades, pasan de la noche a la mañana de la miseria a vivir en palacios. Los "warlords", señores de la guerra en pequeños territorios, interceptan la ayuda humanitaria.

Uno de los capítulos del libro está dedicado al conflicto entre hutus y tutsis. Así nos enteramos de que esos miles de emigrantes que la televisión nos mostraba huyendo del machete enemigo, no hacían sino huir de sus propios crímenes, porque unos y otros no creen más que en el exterminio de la otra tribu. Con un estilo eficacísimo, un acopio de datos necesarios y nunca tedioso, Kapuscinski nos explica la raíz de los conflictos y su evolución. Nadie echa de menos florituras en una prosa que se ocupa de realidades tan descarnadas. Racismos y chovinismos de toda clase no sólo se producen entre blancos y negros, también dentro de una misma raza. El colmo de esta maldición lo ilustra lo sucedido con los americo-liberianos liberados el siglo pasado: devueltos a la tierra de sus antepasados, ahora libres, convirtieron en esclavos a sus hermanos habitantes de áfrica. Un reportaje impresionante, necesario, es ébano. Posiblemente el libro más triste que he leído nunca.