Fotograma de 'Jeanne Dielman, 23, quai du commerce, 1080 Bruxelles' de Chantal Akerman.

Fotograma de 'Jeanne Dielman, 23, quai du commerce, 1080 Bruxelles' de Chantal Akerman.

Ensayo

Esclavizados en casa: 'Después del trabajo', una historia del hogar y la lucha por el tiempo libre

El ensayo de Helen Hester y Nick Srnicek analiza los matices del espacio doméstico contemporáneo, sus cargas y sus desequilibrios de género. 

2 julio, 2024 02:06

¿Tiene usted la sensación de que las diferencias entre tiempo de trabajo y tiempo libre se desdibujan? Aunque una famosa librería en su web anuncie Después del trabajo dentro de la categoría de “libros de autoayuda”, nada más lejos de la realidad.

Después del trabajo

Helen Hester y Nick Srnicek

Traducción de Maximiliano Gonnet. Caja Negra, 2024. 288 páginas. 22,32€

Olvídense si buscan en este ensayo reglas para construir un “hogar feliz y armonioso”. Helen Hester y Nick Srnicek son una pareja de influyentes investigadores formados en un reciente paradigma teórico que bien podríamos llamar “nuevo prometeísmo”.

Lejos de aborrecer la tecnología o de proponer el cansino mantra de lo slow, ambos se han interesado en obras anteriores que analizaron los éxitos y fracasos de los dispositivos tecnológicos para mejorar nuestra calidad de vida.

De ahí que su gran pregunta sea: ¿por qué todo ese potencial técnico prometeico que prometía mejorar nuestra existencia y liberarla de cargas innecesarias ha terminado incrementándolas hasta el punto incluso de generar una tendencia escéptica y regresiva ante todo signo de progreso instrumental?

Hace cuarenta años, la historiadora Ruth Schwartz Cowan reveló que el tiempo dedicado a las tareas domésticas en un hogar promedio no había disminuido desde 1870, a pesar de la automatización y el uso de nuevas tecnologías liberadoras. Esta inesperada ralentización de progreso es la cuestión social que el detalladísimo, casi puntilloso, ensayo de Hester y Srnicek explora y pretende clarificar después de haber estudiado el fenómeno contemporáneo de la “crisis del trabajo”.

Lo que llama la atención de ambos es el hecho de que las mejoras tecnológicas en el ámbito doméstico también han conducido a que los estándares de exigencia “aumenten” y, por tanto, el tiempo potencialmente ahorrado en tareas domésticas termina siendo anulado.

Hester y Srnicek muestran cómo a partir de la crisis global del capitalismo en 2008 y de la aceleración del desarrollo tecnológico, renacieron distintas corrientes teóricas orientadas a abordar la cuestión del postrabajo con proyectos concretos (por ejemplo, la discusión en torno a la Renta Básica).

Este ensayo posee una gran virtud: lejos de limitarse a la crítica, es altamente propositivo y constructivo

Estas propuestas pretendían salirse de la agenda económica ortodoxa del pleno empleo y reducir al mínimo las jornadas laborales. Sin embargo, revelan cómo estos proyectos suelen adolecer de limitaciones, pues se centran en empleos asalariados masculinos y desatienden las tareas asociadas a la reproducción social y de cuidado históricamente vinculadas con las mujeres.

Siguiendo estas premisas, Hester y Srnicek sostienen que una reducción del trabajo doméstico no asalariado es necesaria no solo porque gran parte del mismo sea rutinario, sino porque amplía la disponibilidad de tiempo libre que es la condición necesaria para cualquier libertad digna de su nombre. Además, el tiempo dedicado al trabajo reproductivo representa un tipo de actividad creciente en los países del capitalismo avanzado y es una fuente importante de empleos.

Dotado de una sutil y rara penetración teórica en los matices del espacio doméstico contemporáneo, sus cargas y desequilibrios de género, Después del trabajo no descuida otros factores sociales y estructurales influyentes: la crianza cada vez más neurótica de los hijos, el diferente vínculo con la problemática médica hospitalaria y la paradójica sobredimensión burocrática son algunos de ellos.

Para terminar: aunque se trata de un ensayo sideralmente distanciado del “buenismo” de la autoayuda, lejos de limitarse a la simple crítica, es altamente propositivo y constructivo.