Dios, entre otros inconvenientes
Xavier Rupert de Ventós
14 febrero, 2001 01:00La colección de ensayos que Xavier Rubert de Ventós presenta bajo el título provocativo y distanciador de Dios, entre otros inconvenientes tiene como principal aliciente esa voluntad de orillar los mecanismos de la convención. Filósofo de la ética y la estética, pensador y también político, ha dedicado buena parte de su obra a cuestionar y desentrañar los presupuestos de la sensibilidad contemporánea.
No puede decirse que los ensayos contenidos en Dios... -muchas veces resultantes de la revisión y remoción o ampliación de escritos anteriores- sean una singularidad en ese panorama intelectual de osadía y escasa disposición a plegarse a los modelos establecidos. Son una selección particularmente atrayente y accesible al lector no especializado, que no sólo se ve incitado a revisar sus propias concepciones sobre temas de alcance universal sino que es convocado a ampliar sus horizontes de curiosidad.
El libro tiene dos partes muy diferenciadas. En la primera, divertida y revulsiva a un tiempo, Rubert de Ventós nos invita a un periplo sobre la idea de la divinidad y sus múltiples connotaciones. Como muchos de sus contemporáneos, el filósofo se mueve entre el hastío ante la machacona repetición de la doctrina tradicional y el poderoso influjo sentimental de una idea tan potente y omnipresente en el trasfondo del pensamiento como es la divinidad. Una divinidad, por cierto, que no es referencial y exterior como la de los dioses clásicos, sino intervencionista, celosa y absoluta. Para sintetizar de una manera acaso esquemática su discurso, Rubert de Ventós nos invita a cuestionar las motivaciones y los anclajes de una divinidad que no sólo no se revela como compasiva y bondadosa, sino que se muestra precisamente por su indiferencia ante el sufrimiento de todas las criaturas y su contumacia en mantenerlo como una especie de regulador cósmico.
Si esta meditación ya resulta fascinante y fecunda, la segunda parte del libro es quizá incluso más apasionante. A través de una serie de breves apuntes, Rubert de Ventós cuestiona varios de los nuevos dogmas que el pensamiento contemporáneo ha erigido mientras simulaba descartar cualquier dogma. Así, Rubert procede a desbaratar presupuestos como la pervivencia de las vanguardias, la cualidad de la familia como lugar exento de la violencia que subyace en las relaciones sociales o la corrección política como nuevo contenedor de prejuicios. Dios, entre otros inconvenientes es, en definitiva, un libro muy conveniente, un periplo por los lugares comunes que nos conduce a través de lugares poco comunes. Y todo ello con un humor tierno y ácido al tiempo. Y con la humildad suficiente como para que el autor admita "ser todavía demasiado creyente y no haber sabido compatibilizar la fe en Dios con la visión de este mundo. Este mundo que, como a Walpole, aparece como una comedia a quienes piensan y como una tragedia a quienes sienten".