Image: El exilio de los republicanos españoles

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Ensayo

El exilio de los republicanos españoles

Geneviève Dreyfus-Armand

14 marzo, 2001 01:00

Traducción de Dolors Poch. Editorial Crítica. Barcelona, 2000. 453 páginas, 4.900 pesetas

Geneviève Dreyfus-Armand nos permite conocer más y mejor una parte importante de nuestra propia historia, aquella que en la estela de la Guerra Civil española se desa- rrolló en suelo francés y que acumuló enormes dosis de ilusión, sufrimiento y decepción

Que la tragedia nacional que supuso la Guerra Civil marcó la historia posterior de los españoles es algo que merece, por obvio, pocos comentarios. La literatura, las artes plásticas o el cine recogen fidedignamente la intensidad del dolor y frustración que la experiencia bélica produjo a una gran parte de los españoles de ambos bandos. Sin embargo, el foco de atención se centra normalmente en el territorio nacional y pocas son las ocasiones en las que una novela o una película nos muestra qué pasó con aquellos otros que siguieron siendo España más allá de nuestras fronteras.

En el ámbito de la historia disponíamos de algunos estudios sobre el exilio, de desigual valor, que nos permitían un acercamiento al tema. Sin embargo, la publicación del libro que para el caso francés ha hecho Dreyfus-Armand con El exilio de los republicanos españoles en Francia: de la guerra civil a la muerte de Franco, que supone un muy considerable avance para el conocimiento de lo que fue el exilio español en Francia.

Con enorme rigor, gran cantidad de fuentes y muchas horas de trabajo, la autora nos introduce en el lento proceso de asimilación de una migración política. Sobre la experiencia de una anterior, de carácter económico, el hundimiento del frente republicano forzó a cientos de miles de españoles a cruzar la frontera para salvar la vida. La experiencia de los campos de acogida fue terrible. Ni Francia estaba preparada para recibir aquella riada humana ni su ciudadanía estaba dispuesta a aceptar su integración. Los piojos, el frío y las enfermedades acompañaron a aquellas gentes que habían tenido que dejar todo atrás. Con el inicio de la II Guerra Mundial los huidos se encontraron inmersos en un nuevo conflicto del que formaban parte por su filiación ideológica.
Siguiendo lo que venía siendo norma de la emigración española en Francia, la mayoría de los que allí se quedaron correspondían a miembros de clases humildes, con un bajo nivel de educación. Los profesionales de clases medias, con mayor capacidad económica, buscaron rehacer sus vidas en el continente americano.

Tras la ocupación unos optaron por incorporarse a la resistencia y otros por los trabajos comunitarios. Los campos de batalla y los de concentración fueron para muchos el fin. Los que consiguieron salir vivos de aquellos terribles años se enfrentaron a la postguerra con la ilusión de ver caer el Régimen de Franco y poder volver a sus hogares y reencontrarse con los suyos. Sin embargo, el sueño no se hizo realidad. Para los aliados Franco resultaba un problema, pero el exilio republicano no representaba un símbolo de democracia sino de irresponsable aventurerismo revolucionario. Ante el riesgo de que la desestabilización del Régimen diera paso a una nueva guerra civil, optaron por un limitado aislamiento. Todo seguiría igual. El profundo desánimo fue calando en una comunidad que trataba de evitar su fagotización por la cultura francesa reivindicando su condición española.

Entre debates políticos e ideológicos, y ya inmersos en el mercado laboral francés, vieron llegar en los sesenta a miles de emigrantes españoles en busca de trabajo. La convivencia no resultó fácil. Aquellas gentes no eran franquistas, pero su experiencia vital era otra, distinta y lejana del exilio. Poco a poco la realidad se fue imponiendo. El Régimen no caía, mientras los hijos crecían inmersos ya en la cultura francesa. Las raíces galas se desarrollaban generando una inevitable doble identidad. Con esta excelente obra, llamada a ser referencia durante mucho tiempo, Dreyfus-Armand nos permite conocer más y mejor una parte importante de nuestra propia historia, aquella que en la estela de la Guerra Civil se desarrolló en suelo francés y que acumuló, como en pocas ocasiones, enormes dosis de ilusión, sufrimiento y decepción.