La victoria del sol
Tomás Alfaro Drake
14 marzo, 2001 01:00Científicamente, el libro es impecable. Revela un conocimiento notable del objeto de la narración; no esquiva las explicaciones científicas más enrevesadas, si son precisas para comprender el asunto. Se auxilia de ilustraciones cuando hace falta. Y no se limita a trazar la evolución lineal del pensamiento, sino que enriquece el relato con un sinfín de matices que no resultan de más, sino que el lector agradece. Esa riqueza de detalles es la que nos convence de que nos hallamos ante un libro especial y ante un buen conocedor de la historia de la astronomía y la física. Y todo esto nos lo presenta Alfaro con un lenguaje asequible, todo lo explicativo que hace falta para que cualquier lector lo comprenda y, además, envuelto en una verdadera ficción literaria. Esto es lo singular. La explicación científica, se la da un padre a su hijo. Es un recurso que manido, sin duda; pero es que el autor se adentra en la psicología de los dos personajes, hace que otros penetren de cuando en cuando en el escenario y, con todos ellos, traza un cuadro hogareño muy convincente y suficientemente complejo como para que se convierta a la postre en una verdadera trama.
Estamos ante una obra posiblemente pensada para la gente joven. Sirve, no obstante, para cualquiera que desee conocer el complejo asunto que comenzó con Aristarco, pasó por Copérnico, Kepler y Galileo (los entresijos de cuya posición se describen vívidamente) y, hasta cierto punto, acabó con Newton.