Image: España en democracia

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Ensayo

España en democracia

Charles Powell

25 abril, 2001 02:00

Premio Así Fue, 2001. Plaza & Janés. Barcelona, 2001. 585 páginas, 3.450 pesetas

Powell nos hace preguntarnos si el centro derecha no ha sido más eficaz que la izquierda a la hora de compaginar las exigencias de modernidad con las de redistribución

De entre los integrantes de la denominada "escuela de Oxford", es decir, los discípulos del historiador inglés Raymond Carr, el anglo-español Charles Powell se ha especializado en la historia de la transición. A él le debemos valiosos análisis sobre la historia política de los distintos grupos que convergieron en la UCD y, sobre todo, un par de obras importantes acerca del papel jugado por la persona del Rey y la institución de la Corona en la organización y consolidación de la democracia en España. El libro objeto ahora de comentario viene a conjugar en una historia política general aquellas aportaciones, con un relato pormenorizado de la etapa de gobierno socialista y el desarrollo posterior de las dos legislaturas con mayoría del Partido Popular.

Aunque historiador sobre todo, Powell se muestra muy atento a los modelos con los que la Ciencia Política ha interpretado la transición española a la democracia, y a los análisis efectuados desde esta disciplina sobre las características que el régimen democrático español ha ido revistiendo en comparación, sobre todo, con aquéllos países que, como Grecia y Portugal, han vivido un proceso similar. Acentúa Powell, de este modo, el propósito de imprimir a su narración un tono marcadamente objetivo, consistente en proporcionar al lector la mayor cantidad de información posible, aunque sin ocultarle su propio punto de vista.

Aunque el tono general de la obra de Powell es muy homogéneo, hay asuntos en los que el autor se desenvuelve, a mi entender, con particular eficacia. Es el caso de las instancias que, desde el interior del franquismo tardío buscaban la integración de España en la Europa occidental, con especial referencia al trabajo político sobresaliente de Don Juan Carlos y de Torcuato Fernández Miranda. Destaca también todo lo referente a la organización, tendencias internas, liderazgo y composición electoral de la UCD desde su constitución a su disolución. El autor procede a una revalorización del gobierno de Calvo Sotelo y su política, paralelamente a un balance muy matizado de la trayectoria de Adolfo Suárez y las limitaciones de su liderazgo. El trabajo de Powell destaca también en todo lo referente a la travesía del desierto del centro-derecha, posterior a la victoria socialista de 1982, hasta que Aznar y su equipo consiguieron llevar a cabo la refundación, en un nuevo partido, de lo que habían sido, por separado, la UCD y Alianza Popular. En cuanto a las muchas páginas dedicadas a analizar los trece años largos de gobierno del PSOE, las más sugestivas son aquéllas que el autor dedica a poner de manifiesto las contradicciones entre la política económica y la política social de los gobiernos de González, y el modo como terminó siendo la confrontación entre el PSOE y la UGT la principal y más grave contradicción de entre las que terminaron por arruinar la política socialista. La pasión polémica apunta discretamente al final del libro, cuando Powell sopesa aquellas interpretaciones que "desmitifican" e, implícitamente, descalifican la transición democrática y la actual Monarquía parlamentaria desde posiciones nostálgicas del rupturismo de la izquierda. Una nostalgia sometida hoy a una dura prueba a través de los acontecimientos del País Vasco, como el autor se encarga, sutilmente, de recordar.

Desde una perspectiva histórica, se entienden esas resistencias críticas a la hora de aceptar los resultados, a menudo paradójicos, con los que el siglo XX ha marcado el desarrollo político de la España contemporánea. Uno y relevante, la esterilidad de la cosmovisión y la política revolucionarias para fundar la libertad. Corolario fundamental de lo anterior ha sido que la alianza entre la Corona y las fuerzas políticas para garantizar el orden constitucional, también cuando, como ahora, éste se asienta sobre bases plenamente democráticas, ha sido tan eficaz para ambas, como estéril resultó la forma republicana de gobierno a la hora de asentar los mismos fines. Otra conclusión posible de este cuarto de siglo de democracia es que ni la organización autonómica del Estado, ni el federalismo ni tampoco la autodeterminación aplacarán nunca el ardor totalitario que late en determinado tipo de nacionalismo; concretamente ese que habla de "construcción nacional" en términos similares a los que hasta ayer empleaba la militancia revolucionaria para tratar de imponer la "construcción del socialismo".

Pero el motivo de reflexión de mayor interés que suscita el trabajo de Powell consiste en preguntarse si el centro derecha no ha sido, después de todo, más eficaz que la izquierda reformista a la hora de compaginar las exigencias de modernidad, competitividad y seguridad, que interesan sobre todo a las clases medias, con las de redistribución que plantean en primer término las clases populares, para formar con todo ello un bloque electoral mayoritario. Aunque la evidencia de una corrupción, a veces, antológica, como la del caso Roldán, se abatió sin compasión sobre el complejo de superioridad intelectual y moral, "históricamente fundado", de la izquierda española, el secreto de sus derrotas sucesivas en 1996 y 2000 consistió, seguramente, en que, en plena competencia democrática, la despreciada derecha "de siempre", una vez recuperada su unidad política, fue capaz de articular una amplia coalición de clases medias y sectores populares, invocando la regeneración de la democracia. Algo difícil de aceptar por quienes se creían sus monopolizadores por decreto de la historia.