Amor, poesía, sabiduría
Edgar Morin
20 junio, 2001 02:00Para Morin todo lo humano habita la continua dialógica entre el lado sapiens del hombre y el conjunto e inseparable lado demens. El hombre -todos nosotros- no es sólo sabio o razonador o inteligente, sino a la par loco, irregular, oscuro, aterrado y por lo mismo aterrador. Sabio será, pues, quien logre conjugar (en la diversa medida en que las circunstancias se lo permitan) la antagonía que nos habita y cuyos sesgos deben vigilarse mutuamente. "El complejo del amor" -el primero de los ensayos- nos dice que "el amor es la permanente regeneración del amor naciente". Y también que amor es "poseer lo que nos posee". Como toda pasión, el amor invita al necesario desorden vital, pero sin controlar ese desorden, el amor acabaría o nos acabaría. Al Amor (como a todos los grandes temas humanos) quizá nunca se llega. La pareja no puede sentirse en calma nunca sin la posibilidad de que el amor se extinga, pero tampoco sostendría vivir una pasión incesante o permanente... El segundo de estos luminosos textos, "La fuente de la poesía", argumenta que esta debe volver, parcialmente, a sus orígenes, es decir, al juego, al rito y a la magia. Vivimos hoy -asegura Edgar Morin- en la hiperprosa. La poesía, como quería el surrealismo (aunque no únicamente por tal camino) debe ayudarnos a "desprosificar la vida cotidiana". Pero sin duda el mejor de estos textos -y el más largo- es el último: "La necesaria e imposible sabiduría". Quien sólo quisiera ser sabio (razonador, lógico) se volvería loco y tampoco lo conseguiría. La necedad es el mal mayor del mundo contemporáneo. Llevar una vida razonable sería una mezcla entre el arrebato y la calma, el éxtasis y la actividad, entre la poesía y la prosa. Dijo Castoriadis: "El hombre es ese animal loco cuya locura inventó la razón". Hombre, a la par, cuerdo y loco. Demens y sapiens. Con el añadido unificador del autoexamen y la autocrítica. Pues no engañándonos a nosotros mismos, logramos entender y perdonar a los demás. Lo dije: un librito magnífico.
Edgar Morin (París, 1921) fue miembro de la Resistencia francesa durante la II Guerra Mundial y ocupó diversos cargos en el gobierno militar francés en Alemania. En 1946 publica su primer libro, El año cero de Alemania, al que seguirán El espíritu del tiempo (1962, 1976), El conocimiento del conocimiento (1986), Pensar Europa (1990), Introducción al pensamiento complejo (1990) o Mis demonios (1994), entre otros muchos. Como pensador, se consagra a la búsqueda del método que se ha llamado "pensamiento complejo".