El período literario que llamamos Modernismo, y que con mayor afán abarcador podría llamarse Edad Simbolista (puesto que no sólo fue un movimiento literario) sigue viéndose como el gran germen de toda modernidad. Alberto Acereda ha hecho un buen trabajo en esta nueva antología de la poesía modernista hispánica, que si tiene un claro fin didáctico va precedida de un amplio estudio crítico sobre el período modernista, muy nuevo y lleno de sugerencias, y de una Antología que al ser temática resalta mejor las novedades -las modernidades- que todo este universo poético conllevó, dando cuenta lírica de una crisis de la que acaso aún no hemos salido.

En cuanto a la selección de poetas, Acereda es ajustado, pero hay que destacar la sabida primacía que concede en todo al magnífico Rubén y luego el recordatorio de poetas menos habituales. Hablo, por ejemplo, de un peruano mal valorado, como José Santos Chocano, de otro argentino aún menos valorado como Evaristo Carriego, entre otros ilustres menores (Carrere, Gonzaga Urbina, Manuel Reina...). La antología es útil (y renovadora) en tal camino. Llama la atención -razonada- la aparición de Unamuno como "modernista" (que lo era, en el sentido que este libro precisa) o antes, la de Rosalía de Castro.

Desde luego nuestro modernismo no es el modernism anglosajón (Pound, Eliot...) pero es verdad que algo de común hay en el mutuo reclamo de lo moderno como cambio y transgresión. Decadentismo, anarquismo,... o ese hermoso poema de Alfonsina Storni en que equipara la marginalidad de la mujer con la marginalidad del obrero.