Ensayo

Al sur de Tarifa

Alfonso de la Serna

18 julio, 2001 02:00

Marcial Pons. Madrid, 2001. 342 páginas, 2.950 pesetas

Este es un libro imprescindible para todos aquellos que busquen una introducción solvente, didáctica y entretenida sobre las relaciones hispano-marroquíes. El autor trata de acercar al lector a una realidad que por cercana que sea geográficamente se encuentra a una distancia enorme si hablamos desde el punto de vista psicológico. Su objetivo es que tratemos de entender a nuestros vecinos desde el respeto a su mentalidad y que no les juzguemos desde la ignorancia. Y es esta la clave de bóveda del libro, proporcionar conocimientos sobre la historia y la geografía del reino de Marruecos y dar a conocer su relevancia política, la amplitud de su tradición histórica venciendo una imagen que siempre se ha movido en el cuadro del desconocimiento, el menosprecio y la animadversión.

Lo curioso es que este estereotipo, nacido tras la ocupación musulmana de la Península, se rompe en numerosas ocasiones a lo largo de la etapa conocida como Reconquista, pues aprenden a conocerse, a relacionarse y a convivir durante algunos lapsos de tiempo notables. Fruto de esos episodios de coexistencia salen dos tipos humanos tan singulares como los mozárabes y los mudéjares. Por lo tanto, no deben dejar de apreciarse que la herencia del pasado aún mantiene su impronta tanto en ambos países.

Con toda la importancia que tiene lo anterior, lo central en este volumen es "explicar" Marruecos, los rasgos de su entidad histórica y su permanencia a lo largo del tiempo. Las limitaciones geográficas en la vertiente atlántica y en la mediterránea y geoestratégicas han orientado a Marruecos a una permanente relación con el Sahara y el contacto con el áfrica negra a través de rutas comerciales e ideológicas. Será del Sahara de donde procedan los sucesivos movimientos de renacimiento espiritual que periódicamente sacuden el reino y contribuyen a su cohesión y expansión, como ocurre con las oleadas de almorávides, almohades y benimerines. La "saharidad" supone un factor determinante en la configuración histórica del reino de Marruecos y, por tanto, en su presente.
Aún cuando no se pueda hablar de la creación del Estado hasta la llegada de los almorávides en el siglo XI, sí puede decirse que Marruecos es un ente político desde el siglo VIII y que su permanencia está marcada por la continuidad de las dinastías que han perseguido erigir una organización política. En ésta el eje de la estructura es el Sultán (apoyado en la organización cortesana, el mazjén), pero su poder no es absoluto, como se dio a entender desde la historiografía colonialista de forma interesada. Su soberanía está limitada por principios islámicos y costumbres locales, de tal forma que no son excepcionales los episodios de destituciones y tampoco es extraño que la sucesión no sea de padre a hijo, ya que la prioridad es elegir al más apto dentro de la dinastía reinante, asunto en que los ulemas de Fez, el grupo de religiosos y sabios, tienen un papel determinante. En definitiva, se trata de una estructura política con contrapesos y garantías.

Además de estos aspectos esenciales, el libro describe con fluidez los episodios de la colonización de Marruecos desde el XIX, el papel subordinado que le corresponde a España en el reparto, las implicaciones desastrosas que conlleva el despliegue en el protectorado, para acabar con dos temas esenciales, la descolonización del Sahara y el asunto de las plazas de soberanía española, Ceuta y Melilla. La perspectiva histórica y geográfica que autor proporciona en los anteriores capítulos permite al menos comprender cuál es el punto de vista marroquí acerca de unos temas tan sensibles para la opinión española.

En resumen, estamos ante un libro indispensable, de lectura obligada para los que deseen conocer con alguna profundidad la historia y la realidad de Marruecos, vencer las dañinas imágenes sobre el "moro" y procurar crear el marco mental apropiado para poder desarrollar una coexistencia no conflictiva con un país y una sociedad cuyos hijos van a estar muy presentes en el futuro de España y de Europa.