Ensayo

General Estoria de Alfonso X

ALFONSO X EL SABIO

28 noviembre, 2001 01:00

Ed. Pedro Sánchez-Prieto Borja. Biblioteca Castro, Madrid, 2001, 2 vol. LXXX+576 y LIII+1002 págs., 23.000 ptas.

Alfonso X el Sabio (1221-1284) es una figura a la vez augusta, doliente y trascendental. Aspiró a ensanchar la Reconquista y a ocupar el doble trono imperial de los visigodos hispanos y del Sacro Imperio Romano Germánico. Sus desgracias suman la muerte de su heredero, la rebelión de su hijo Sancho, las desavenencias con su esposa, el fracaso del fecho del Imperio y el tumor cerebral que le deformó la cabeza y le sacó de órbita un ojo. Pero el valor de su obra intelectual fecunda la Península y Europa. Como dice Sánchez-Prieto, "sus éxitos se miden en códices, libros, capítulos, iluminaciones y versos". Creyó que culturizar a su pueblo era lo más noble de su política, y a ello se entregó organizando códigos, saber científico, ejercicios lúdicos y versos marianos. De tanto mirar al cielo, llegó a mejorar la tierra.

La Historia, concebida como de-sarrollo de un plan providente, fue una de sus grandes pasiones. Escribió o hizo escribir la Crónica General, una historia de España. Proyectó y casi terminó la General e Grande Estoria, ambicioso relato de las acciones y pasiones de la humanidad. Juntó un magnífico equipo de colaboradores, acumuló materiales, puso a traducir, ayuntar y redactar a cristianos, moros y judíos. Y nos dejó una obra en que la Biblia amalgama sus noticias con otras de eruditos que aportan desde glosas de ancha intertextualidad a curiosidades y bizarrías inauditas. Imposible adscribir el libro a un concreto género literario. Enciclopedismo, exhaustividad, criticismo sui generis y belleza literaria -a Alfonso se debe el perfeccionamiento de nuestra prosa medieval- se unen en él. Parece increíble que, pese a las ediciones parciales de A. García Solarinde (1930) o Kasten-Oedschläger (1957-1961), y a las recientes transcripciones en microficha y cd rom, no se haya impreso nunca la General Estoria en su integridad. Lo ha empezado a hacer la Biblioteca Castro, que ahora nos presenta la Primera Parte (una magnífica versión romanceada y glosada del Pentateuco). Luego seguirán las otras. Los tomos que ya tenemos son un acierto editorial por su belleza tipográfica, su estructura y su rigor filológico. No estamos ante una edición paleográfica, pero sí, hasta cierto punto, crítica. Las variantes se ofrecen en forma negativa, y van al fin de cada volumen. La Introducción, breve y sobria, resume los datos esenciales para entender la problemática de este libro excepcional.

Desfilan ante nuestros ojos modernos las viejas figuras que protagonizan los orígenes de la humanidad enfocadas desde perspectivas históricas, sapienciales, ejemplarizantes y hasta teológicas, todo mezclado con leyendas, curiosidades, digresiones de filosofía natural y saber enciclopédico: el perfil intelectual de la España del siglo XIII y el precipitado de un saber producido colectivamente sin escatimar medios.

La lectura de la General Estoria constituye una aventura fascinante. Ninguna monografía puede suplir la magia de sus páginas fundacionales.