Carlos Franqui

Este libro, además de un retrato de la personalidad y figura de Camilo Cienfuegos, es la representación del retablo de la revolución cubana y de su degradación, de cómo ésta, a través de Fidel y Raúl Castro, sibilinamente primero y de forma brutal después, fue devorando a sus hijos. La tesis del libro es que Cienfuegos no murió en el accidente fortuito de aviación que tuvo lugar el 28 de octubre de 1959, sino que, muy posiblemente, el aparato fue saboteado o derribado a instancias de los hermanos Castro. La causa estaría en la capacidad del liderazgo de Camilo en la sociedad cubana, un prestigio cimentado en su arrojo en el combate contra las tropas de Batista y que luego se asentó en su desapego hacia las ambiciones políticas y materiales de los otros revolucionarios y en la búsqueda de la unidad de todas las facciones, lo cual era un grave obstáculo en los designios totalitarios de Fidel.

Franqui nos acerca a la figura del guerrillero cubano Camilo Cienfuegos, para el primero la figura más querida de entre todos los rebeldes para el pueblo cubano. De familia de origen español, era el único miembro de la elite revolucionaria que no había pertenecido a la clase media. Según el autor, que también formó en las filas rebeldes, Camilo era la representación viva del pueblo.

La obra tiene un elevado tono hagiográfico, acentuado por una prosa exuberante y torrencial, pero fuera de este proceso de santificación laico se encuentran elementos de gran valor. Argumentos muy convincentes sobre las dudosas circunstancias de la muerte del revolucionario, un retrato vívido de una generación de hombres y mujeres que lo dieron todo por sus convicciones. Además de conocer la peripecia vital y política de Cienfuegos, los lectores poco familiarizados con la historia de la revolución cubana, completamente tergiversada desde que Fidel llegó al poder, tendrán la oportunidad de comprobar su carácter plural y su intención democratizadora. Implantando una reforma agraria que arruinó para siempre a la rica agricultura cubana, Fidel trituró a la clase media y a sus fuerzas más representativas, políticas y sociales y a los representantes democráticos de los sectores populares.

Lo que más temía Cienfuegos, la vuelta al caudillismo y al militarismo, acabó triunfando en su versión más abyecta, la comunista, la del culto a la personalidad, la de exportación de una política de expansión "revolucionaria" que contribuyó a la ruina de grandes zonas de América y Africa, y la de las purgas. No son muchos los personajes de cuyo destino nos habla Franqui, pero los nombres que aporta y su final (cárcel, desaparición, exilio) producen escalofrío.