Image: Arte público y espacio político

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Ensayo

Arte público y espacio político

Félix Duque

29 mayo, 2002 02:00

Félix Duque. Foto: Mercedes Rodríguez

Akal. Madrid, 2002. 174 páginas, 11’25 euros

Si una presencia operativa e incitante destaca hoy con bulto creciente en la última filosofía española es, sin duda, la de Martin Heidegger. De ello da nuevo testimonio renovado este libro de Félix Duque, tan riguroso, documentado y polémico como todos los suyos. En el bien entendido, claro es, de que a diferencia de lo usual en la estela española de dicha influencia, Duque no oficia de comentarista más o menos fiel, más o menos heterodoxo, de Heidegger, ni prosigue la reflexión histórico-filosófica -la reconstrucción del "canon"- con categorías hermenéuticas heideggerianas. Comparte también con Heidegger el constante recurso metodológico a las etimologías, o lo que es igual, la convicción de que "cuando se piensa mucho por cuenta propia, se halla mucha sabiduría inserta en el lenguaje". Pero intenta, sobre todo, pensar a partir de Heidegger. Y no pocas veces, contra Heidegger. Exactamente lo que hace en este libro.

Fiel a tal designio Félix Duque constituye su libro desde la voluntad de sacar a la luz lo dicho por Heidegger en El arte y el espacio (1964), resumen de una conferencia impartida ese año sobre la obra del escultor figurativo Berhard Meiliger, que cinco años después sería presentado por el propio Heidegger como una colaboración con Chillida. A lo largo de un análisis sumamente agudo de este texto Duque concluye que en su análisis del "espaciar" del espacio de Heidegger depuró el término no sólo "de todas sus connotaciones negativas y violentas", sino también "de su carácter comunicativo, convencional y, por ende, político". Y a partir de ahí constituye sus nociones de "espacio político" y "arte público" enmarcado esta construcción en un recorrido histórico en el que dilucida los rasgos esenciales del "doble canon" griego, del "cuadrante" romano, del "triedro"medieval, de la "esfera de esferas"moderna y de la "banda de Mübius" posmoderna. Con el resultado final, plausibilizado por análisis sumamente brillantes -como el de la catedral de Chartes-, de que sólo en el triedro medieval puede hablarse, por fin, de un arte genuinamente público. Un arte que no existiría, en cambio, contra lo que muchos darían en suponer, en la Modernidad y que sólo reaparece, como tal, en la posmodernidad. Todo ello entreverado de iluminaciones, de gran calado filosófico y crítico-cultural, sobre el arte y la técnica, la invención de la "estética", el kitsch o los parques temáticos de nuestros días. Una impresionante aproximación al Vietnam Veterans Memorial de Washington clausura el libro, una fuente casi inagotable de investigaciones -y provocaciones- que por eso mismo queda como una obra obligatoriamente abierta. ¿Continuará?