Image: El trabajo perdido

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Ensayo

El trabajo perdido

José Félix Tezanos

29 mayo, 2002 02:00

Ilustración de Ajubel

Biblioteca Nueva. 262 págs., 14 &euro.

Pekka Himanem: La ética del hacker y el espíritu de la era de la información. Trad. F. Meler. Destino. 224 págs., 13’25 &euro. Heidemarie Schwermer. Mi vida sin dinero.Trad. I. Giner. Gedisa, 2002. 254 págs. 14’90 euros. Martin Carnoy: El trabajo flexible en la era de la información. Trad. J. Alborés. Alianza. 280 p., 22 &euro.

El trabajo es para buena parte de la humanidad una fuente constante de sufrimiento, aunque con lentitud, la vieja lucha contra las duras condiciones de trabajo se va ganando. Las vacaciones de un mes en verano, tal como las conocemos, son un logro conseguido por el Frente Popular francés en los años anteriores a la II Guerra Mundial. Antes nadie podía tomarse un mes, y a la playa sólo iba un puñado de ricos o excéntricos. A vista de pájaro se aprecian dos cosas. La primera que, en conjunto, en el planeta Tierra sus habitantes dedican cada vez menos horas a trabajar. La segunda, que a pesar de logros tan espectaculares como el Estado del Bienestar, tanto el trabajo como el desempleo siguen doliendo. A esta moneda hay que añadir una tercera consideración. El trabajo es también fuente de satisfacción y orgullo.

En estos cuatro libros seleccionados se contempla el hecho de trabajar desde visiones tan distintas que bien puede decirse que constituyen un excelente mosaico de las propuestas actuales en torno al trabajo. Dos son antagónicos, los escritos por José Félix Tezanos y por Martin Carnoy. Ambos son catedráticos, el primero en la UNED y el segundo en la Universidad de Stanford. El trabajo perdido de Tezanos es el segundo tomo de una trilogía que lleva por título Desigualdad, trabajo y democracia. En su texto, Tezanos estudia las consecuencias de la implantación laboral de las nuevas tecnologías tanto en España como en el conjunto de los países postindustriales. Su voz suena con un timbre de alarma. Desde sus datos afirma: "...una inmensa mayoría de ciudadanos piensa que hay insuficientes trabajos y muchos de los que existen están mal pagados y son de poca calidad". La revolución tecnológica tendría de este modo consecuencias negativas en la calidad del trabajo.

Martin Carnoy entra en su volumen con un prólogo de Manuel Castells. Para este sociólogo español, la UE, incluida España, ha entrado en una transformación de incalculable profundidad cuyo origen no es otro que el nuevo paradigma tecnológico. La nueva sociedad red va a establecer nuevas e inexorables relaciones de producción y trabajo.

Como no podía ser de otra manera, Carnoy coincide con Castells. Es incluso más optimista. Los efectos de las tecnologías de la información los contempla en la creación de estructuras laborales más flexibles que exigirán, eso sí, dedicaciones más intensivas al trabajo. Los trabajadores deberán estar dispuestos a cambiar de empresa y redefinir sus ocupaciones a medida que cambie la orientación del mercado de trabajo. El lado bueno de las nuevas tecnologías estaría en que constituyen un poderoso estímulo a la formación educativa. Los más inteligentes, los mejor educados ocuparán los mejores puestos.

Frente a estas dos visiones antagónicas, Himanen y Schwermer plantean perspectivas del trabajo situadas en contextos más concretos y, quizá por eso, menos cargadas de tensión. La ética del hacker se lee acompañada de un prólogo de Linus Torvalds y de un epílogo de Castells. El hacker no tiene nada que ver con el cracker, un criminal que depreda la red colándose en los sistemas informáticos e introduciendo virus. No, los hackers proceden de un grupo de programadores del MIT que no han hecho, desde hace más de tres décadas, sino ayudar al desarrollo de la informática. Han creado además una ética de amor al trabajo y de generosidad en el control de la información.

Tras la sorpresa que significa encontrar gente que ama su trabajo en el mundo de los ordenadores, nos tropezamos con alguien que ha resuelto el conflicto del trabajo creando un sistema de trueque en el que no existe el dinero. Schwermer ha rechazado el dinero, la consecuencia más evidente del trabajo. Su volumen es la narración de cómo ha sabido organizar su vida sin necesidad de tocar un solo euro.

Cuatro libros tan distintos como interesantes para entender los variados aspectos de la actividad laboral.