Image: Bienestar insuficiente, democracia incompleta

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Ensayo

Bienestar insuficiente, democracia incompleta

Vicenç Navarro

12 junio, 2002 02:00

Vicenç Navarro

Premio Anagrama 2002. Anagrama, 2002. 224 páginas, 14 euros

La estrategia discursiva de este volumen, ganador del último premio Anagrama de Ensayo, está montada sobre un fondo autobiográfico. Vicenç Navarro se presenta como hijo de maestros republicanos represaliados por el franquismo.

A su vez, él también será víctima de la política de la época. Con siete años, hablando catalán por la calle, es abofeteado por un guardia que le grita: "habla en cristiano". En 1962, tras licenciarse en medicina, se exilia a Suecia e inicia una carrera académica en la que destaca su dedicación a las políticas públicas, sociales y de la salud, que le lleva a Estados Unidos, entre otros países, para acabar recalando en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.

La referencia a su propia vida le sirve a Navarro para reclamar la reparación, al menos moral, del daño causado por los vencedores de la Guerra Civil al resto de los españoles. Desde su posición de agraviado por el franquismo inicia su crítica al Estado del bienestar español -y desde luego catalán. Lo escaso y reducido de las políticas públicas lo ejemplifica Navarro en el campo de la sanidad, de la educación y del apoyo a la familia, situadas, con los datos que él maneja, por debajo de la media de la Unión Europea. Para acentuar esta escasez de recursos, presenta las cifras del número de policías, de las personas encarceladas y del gasto farmacéutico, las tres por encima de la media europea.

Para Navarro el problema del déficit democrático español no está sólo en la distribución de los recursos. Deriva de los comportamientos proteccionistas y oligopólicos presentes en sectores tan importantes como el de la banca y la energía. Muerto Franco, la transición, con una izquierda débil y sometida a un sistema electoral discriminatorio para sus intereses, no habría hecho otra cosa que consolidar las políticas públicas neoliberales y monetaristas.

A esta mala calidad de la democracia española contribuye el apoyo mediático al neoliberalismo. Ausente la izquierda y el centroizquierda de los medios de comunicación, éstos no harían sino reproducir el discurso dominante del dinero y el poder. En dicho discurso no cabe, en opinión de Navarro, la crítica a la monarquía y a otras muchas cosas.

El problema no es tanto la dureza de su crítica a las "elites gobernantes y mediáticas" como su estilo. Que su autor tenga por modelo económico y vivencial la socialdemocracia sueca o que, en su opinión, lo económico determine lo político no debería provocar más que reflexión intelectual. Lo mismo cabe decir de su opinión según la cual la "tercera vía" de Blair y Giddens es insuficiente porque la igualdad de oportunidades sin políticas públicas redistributivas se queda en nada.

Lo que alarma es que un académico tan curtido como Navarro despida su libro con un guiño al lector en el que pide -toda vez que el establishment no va a permitir la difusión de su libro- apoyo para que éste sea leído. Por mucho que se empeñe Navarro, en España existe una libertad de opinión, de edición y de difusión que no parece estar por debajo del resto de los países de la UE. Navarro ha escrito un texto muy crítico con un apoyo bibliográfico y documental muy escaso. Un libro de esta envergadura requiere algo más que la base de unos cuantos informes de organismos internacionales y artículos de prensa. Si no he contado mal son sólo 12 los libros y 70 los nombres propios citados. Demasiada opinión. Por otro lado, al terrorismo vasco, el principal problema político y moral que tiene España, Navarro le dedica 24 líneas. Para derrumbar tanto hay que apoyar mejor la piqueta de la argumentación.