Literatura española contemporánea
Juan Chabás
19 septiembre, 2002 02:00Juan Chabás. Foto: Archivo
La revisión de nuestra historiografía literaria, tarea que aún está por hacer adecuadamente, arrojaría luz sobre las sucesivas y cambiantes valoraciones que han sufrido autores y obras. Los libros utilizados como manuales de enseñanza, sobre todo, han servido para establecer cánones y difundir interpretaciones en sectores amplísimos de la población.
Compuesta en medio de una gran penuria bibliográfica, sin que Chabás pudiera contar con los libros necesarios para desarrollar su tarea, la obra se resiente de algunos errores en títulos o fechas y de un conocimiento inseguro o no directo de la literatura más reciente, pero continúa siendo ejemplar en el análisis de las grandes figuras del 98 y del 27, desde una postura muy independiente, nacida de la lectura directa de los textos y no condicionada por opiniones ajenas. Cuando Chabás habla de lo que ha leído y meditado es difícil sustraerse al interés de lo que dice, incluso si sus palabras despiertan el desacuerdo del lector. Los capítulos dedicados a Unamuno, Machado, Azorín o Baroja están llenos de observa- ciones y sugerencias agudas. En contra de lo que es habitual en obras de esta índole, no se ahorran aquí las manifestaciones desaprobatorias y de rechazo estético. Así, la obra de Maeztu "no es nunca un modelo de belleza literaria"; su prosa "es hinchada y oratoria, y su sintaxis dislocada está enquijarrada de torpezas" (pág. 251). La literatura narrativa de Ricardo León "es blanda como todo pastiche; su novela carece de vida, porque sus personajes son maniquíes de guardarropía teatral, despojados de sus gorgueras y sus corseletes y hablan caricaturescamente como los pobres actores que tienen que representar el teatro de Ardavín y de Villaespesa" (pág. 323).
Otro rasgo singular de esta obra es la peculiar orientación de algunas cuestiones, cercana a los supuestos del materialismo histórico. Ciertas circunstancias sociopolíticas y económicas de la América hispana, por ejemplo, permiten al autor explicar el nacimiento de la poética modernista (págs. 109-112), y planteamientos análogos, no habituales en la historiografía literaria española de la primera mitad del siglo XX, operan en la visión de la poesía del 27 y, en general, de la literatura de entreguerras.
También la actitud ideológica de los escritores orienta a menudo las valoraciones de Chabás, sobre todo en los casos de ciertos autores coetáneos, algunos de los cuales acompañaron al escritor en la experiencia del exilio y reciben elogios -Aub, Díez-Canedo, etc.-, frente a otros que permanecieron en España, como anota Chabás con indisimulado aire de reproche. En suma: he aquí una obra muy personal, que permite sobre todo conocer mejor a su autor y entender un poco más la terrible fractura de una época de nuestra historia.