Image: Felipe II: el rey en el despacho

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Ensayo

Felipe II: el rey en el despacho

José Antonio Escudero

7 noviembre, 2002 01:00

Felipe II

Ed. Complutense/ C.U. Segovia. Madrid, 2002. 637 páginas, 38’46 euros

Han pasado ya, afortunadamente para los lectores, los fastos conmemorativos de los reinados de Felipe II y Carlos V que, junto a muchas realizaciones positivas, nos han dejado una abundante hojarasca de aportaciones de ocasión, particularmente en los numerosos y, con frecuencia, reiterativos congresos.

Remansadas ya las aguas y con el tiempo necesario -que entonces faltaba- para leer lo que sobre ambos reinados se publica, la Universidad Complutense y el Colegio Universitario de Segovia se han esmerado en la edición de un libro imprescindible para quienes deseen acercarse al reinado de Felipe II.

José Antonio Escudero, catedrático de Historia del Derecho de la Universidad Complutense, académico de la Historia y especialista de reconocido prestigio, ha compaginado con frecuencia sus actividades docentes e investigadoras con importantes cargos de gestión académica, y con una destacada actividad pública. él fue quien, hace unos años, como director de los cursos de verano de la Universidad Complutense, logró hacer de ellos una referencia obligada en el ámbito académico y cultural. Su amplia tarea como historiador del Derecho se ha centrado en la Edad Moderna, con dos temas fundamentales: el estudio del gobierno y la alta administración española, y las investigaciones sobre la Inquisición. Al primero de ambos campos corresponde el libro que ahora publica, en el que continúa los estudios iniciados en su tesis doctoral, que dieran lugar a su obra en varios volúmenes Los Secretarios de Estado y del Despacho. Sus aportaciones continuaron con su libro sobre los orígenes del Consejo de Ministros y otros muchos estudios, algunos de los cuales figuran en el volumen editado hace tres años por la Junta de Castilla y León Administración y Estado en la España moderna. Todo ello sin aludir a la notable escuela que ha sabido crear en torno suyo, lo que no es mérito pequeño en los tiempos que corren.

El libro que ahora nos presenta es, ante todo, un trabajo de madurez, en el que saca partido del poso dejado por sus numerosas lecturas, y de la sabiduría acumulada por varias décadas dedicadas a la lectura de documentos, el estudio y la reflexión sobre el gobierno de Felipe II. Porque el libro no trata de la acción política, sino de las estructuras del gobierno que están en la base de la misma, aunque resulta imprescindible conectar éstas con aquélla, y no son pocas las aportaciones que se nos ofrecen; entre otras, las que se refieren a los años finales del reinado de Carlos V o al proceso de Antonio Pérez.

Felipe II no fue el creador del aparato de gobierno de la Monarquía, aunque sí quien lo reformó y adaptó a la que habría de ser prácticamente su estructura definitiva. El estudio de dicho aparato sirve de base al análisis posterior de las cuatro etapas en que Escudero divide el reinado de Felipe II, desde la óptica de la conformación del gobierno real y la influencia de los diversos secretarios. Detrás de los ascensos y caídas de uno u otro personaje están presentes los bandos, clientelas y partidos cortesanos, pero Escudero tiene el mérito de relativizar su influencia, en unos años en los que la dinámica de la pugna clientelar se viene utilizando como deus ex machina de la historia política. Asimismo, y a diferencia de otros autores recientes, rebaja el papel del cardenal Espinosa en la consolidación del sistema clientelar.

La parte final del estudio -que constituyó, con algunas variantes, el discurso de ingreso de su autor en la Academia de la Historia- se dedica al análisis de la práctica del despacho, la redacción de los documentos, las fórmulas diversas que adopta la intitulación real, y otra serie de cuestiones desatendidas hasta ahora, pero de enorme interés. Estudia las cartas y los correos, y hace inteligentes observaciones sobre aspectos aparentemente contradictorios como la lentitud de la administración y la prisa de la que los docu-
mentos hablan con frecuencia; o discutibles, como la prudencia de Felipe II o su irresolución, su minuciosidad e interés por los detalles o su incapacidad para distinguir lo importante de las menudencias.

Estamos, en definitiva, ante un trabajo esencial para conocer el reinado de Felipe II, el rey burócrata por excelencia, que aparece en el despacho, rodeado por sus colaboradores más inmediatos, los burócratas profesionales.