Image: El lobby judío

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Ensayo

El lobby judío

Alfonso Torres

30 enero, 2003 01:00

Según Torres, Marc Rich es el mayor millonario judío en España

La Esfera. 430 pp, 21 euros. Gonzalo Álvarez Chillida: El antisemitismo en España. Marcial Pons. 543 pp., 29 euros.

La realidad de la presencia y la ausencia de los judíos en el devenir histórico de España, a través de sus importantes aportaciones y su herencia cultural en el primer caso y la pervivencia de la imagen del judío tras su expulsión en el segundo, particularmente en la Edad Contemporánea, conforman la temática que une dos libros que, pese a contar con este fondo común, tienen objetivos y naturaleza muy diferentes.

Si el volumen del periodista Alfonso Torres se preocupa por dar a conocer la historia de los hebreos españoles y sobre todo su presencia actual, con objeto de desmentir tópicos y rasgar el velo de ignorancia que les ha venido rodeando, el estudio del historiador Gonzalo álvarez Chillida se centra en la imagen, en la pervivencia de un antisemitismo que se encuentra en el centro del debate ideológico de la España contemporánea.

La obra del periodista, ágil y amena, viene a refutar el título que encabeza su trabajo y a describir la realidad cotidiana, las preocupaciones y el desarrollo de esta comunidad, especialmente durante el siglo XX. Así, es falso que los judíos españoles pertenezcan al sector de los magnates; no existe un grupo de presión que defienda los intereses económicos de los judíos en España; se da, eso sí, una solidaridad entre ellos de carácter no siempre religioso, sino más bien cultural; tienen una preparación algo por encima de la media, pero esto depende más de tradiciones familiares que comunitarias.

Alfonso Torres, utilizando enjundiosas entrevistas con los componentes más representativos, también realiza un repaso de la vivencia de la comunidad judía española, particularmente durante el franquismo, hasta su reconocimiento definitivo en la etapa democrática. A partir de un grupo escaso, a principios del siglo XX , ha ido creciendo con la vuelta de los de origen sefardita, tras la independencia de Marruecos en 1956, alrededor del 80 por ciento de la cifra actual, que se calcula en total entre veinte y treinta mil ciudadanos, y la corriente inmigratoria procedente de América Latina, sobre todo de Argentina.

La labor del historiador álvarez Chillida, que se caracteriza por su rigor y originalidad, supone una aportación imprescindible para el conocimiento del debate ideológico y político de la historia contemporánea española. Paradójicamente, es un estudio del antisemitismo sin judíos, en el que éste desempeña un papel puramente ideológico, aunque ello no impida que sea capital, sobre todo para el bagaje del nacional-catolicismo, desde las posiciones tradicionalistas e integristas del siglo XIX hasta el franquismo. Para que esta corriente cuajase con tanto éxito, además del casticismo tradicional, fue básica la influencia francesa, que incorporó el antisemitismo moderno. Sin embargo, en el nacional-catolicismo, al contrario que en las tendencias nacionalistas vasca, catalana y gallega, el racismo biológico apenas tuvo presencia. Ni siquiera la izquierda, de ayer y hoy, ha estado a salvo de la tentación de acudir a esa explicación omnicomprensiva y falaz que es el antisemitismo.

Ahora que se alza la sombra del enconamiento del conflicto de Oriente Próximo hay que poner a prueba esa asimilación de la realidad y de la revisión histórica de la que ambos textos son representativos para enjuiciar esa cuestión como algo puramente político, que no atañe a la sustancia de lo judío en abstracto ni tampoco a existencia de los hebreos tomados uno a uno.