Image: Felipe V. La renovación de España

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Ensayo

Felipe V. La renovación de España

Agustín González Enciso

31 julio, 2003 02:00

Fragmento de La familia de Felipe V, de Van Loo

Eunsa. Pamplona, 2003. 256 páginas, 14’50 euros

En una época pródiga en conmemoraciones, el tercer centenario de la llegada al trono de España de la dinastía Borbón ha pasado casi desapercibido, sin duda alguna por el temor oficial a las protestas que hubiera suscitado, especialmente en Cataluña, el recordar a Felipe V, el rey que suprimió los fueros de la corona de Aragón.

Se han publicado, no obstante, algunas biografías y estudios valiosos, y han tenido lugar varias exposiciones de gran interés dedicadas a la primera mitad del siglo XVIII.

El reinado de Felipe V no ha sido un periodo atractivo para los historiadores. Ello confiere más valor al libro de Agustín González Enciso, destacado especialista en la historia de la industria, la economía y la hacienda españolas del siglo XVIII. Como él indica, acertadamente, la fácil periodización de la historia por siglos y la identificación de cada uno de éstos con una característica determinada, ha polarizado la atención sobre los momentos de auge de tales fenómenos. Si el XVIII fue el siglo de la Ilustración, su segunda mitad, en la que tuvo lugar lo esencial de dicho movimiento, ha concentrado el interés historiográfico. El periodo anterior era un espacio mucho menos interesante, frecuentemente etiquetado como fase previa a la Ilustración, o época preilustrada.

Su estudio muestra, no obstante, que la primera mitad del siglo fue una época de cambios importantes. La guerra de Sucesión y la llegada de una nueva dinastía no sólo implicaron reformas esenciales en las estructuras de gobierno, sino que dieron paso a una política reformista, particularmente en el terreno económico y hacendístico. Junto a las medidas destinadas a promover la industria y el comercio -con una atención especial hacia la relación mercantil con América- merece la pena destacarse la reorganización hacendística y el mayor control de los ingresos, que permitirían, ya en tiempos de Fernando VI, iniciativas tan interesantes como el Catastro del marqués de la Ensenada. Los modelos que se adoptaron fueron los propios del mercantilismo, presente en iniciativas como las fábricas estatales o las compañías privilegiadas de comercio; pero junto a la impronta extranjera -sobre todo fran- cesa- hubo también una huella autóctona nada desdeñable. El reformismo hispano del siglo XVIII -no lo olvidemos- hunde sus raíces en iniciativas e ideas de las últimas décadas del XVII, la más interesante de las cuales fue la Junta de Comercio y Moneda creada en 1679, que habría de protagonizar muchas de las medidas de política económica de la centuria posterior.

El largo reinado de Felipe V -el de mayor duración de la historia de España- se caracterizó por un notable aumento de la población española, la cual alcanzó cifras hasta entonces desconocidas, llegando a mediados del siglo a unos 9’4 millones de habitantes. Aunque todo el siglo fuera de crecimiento, en los primeros cincuenta años la población creció a mayor ritmo que en el periodo siguiente, a lo que contribuyó sin duda una coyuntura económica generalmente favorable. Desde un punto de vista social hubo novedades importantes, como el acceso al poder de una nobleza de extracción hidalga o burguesa, y el desarrollo de diversos tipos dentro del sector emergente de la burguesía: funcionarios, militares, profesiones liberales, financieros o comerciantes. Otras figuras sociales interesantes, como los técnicos extranjeros atraídos a las nuevas manufacturas e industrias, o los trabajadores industriales, germen de la clase obrera, también son objeto de estudio.

Con amenidad y claridad expositiva, el libro hace un completo repaso al reinado de Felipe V, sin olvidar los aspectos políticos o la figura del monarca, un personaje con una tendencia progresiva al desequilibrio, afectado en sus últimos años por una evidente enfermedad mental. Como tantas otras veces en el Antiguo Régimen, las condiciones del rey no impidieron que el reinado en su conjunto presentara numerosos aspectos positivos.