Ensayo

Me temo lo peor

Manuel Hidalgo

31 julio, 2003 02:00

Aguilar. Madrid, 2003. 200 páginas, 12’50 euros

Hace unos días sorprendí a un funcionario del Ministerio de Educación cerrando el grifo de uno de los lavabos de la quinta planta, con el borde de la chaqueta para evitar tocar con los dedos el pomo del grifo. Se trataba sin duda de alguien con esquemas mentales muy semejantes a los que Manuel Hidalgo traza en este volumen, cuyo subtítulo expresa con precisión su contenido: Diario y confesiones de un hipocondríaco. La hipocondria es uno de los males psíquicos que mejor caracterizan estos años de comienzos del siglo XXI y que sin duda va a más. La Asociación Psiquiátrica Americana calcula que entre el 4 y el 9 por ciento de la población mundial padece hipocondria, neurosis que se tipifica por un miedo injustificado a enfermar o, incluso, a morir. En España no se dispone de datos epidemiológicos al respecto, pero para que un probo funcionario tenga que recurrir a su chaqueta para cerrar el grifo de un lavabo que está limpio es que la cosa no va bien. Hidalgo escribe en el prólogo de Me temo lo peor que este volumen viene de lejos, de cuando en su segunda novela, Azucena, que juega al tenis, comenzó a explorar su hipocondria. Fobias, un libro encargado por la directora de La Esfera de los Libros, en el que se recogen sus fobias, sus miedos y los de otros nueve escritores, enlaza con el anterior y con El hombre malo estaba allí, autobiografía, memoria y ficción de un Hidalgo que crece en la Pamplona del franquismo, hijo único, brillante.

Me temo lo peor tiene dos partes bien distintas. La primera presenta al lector ciento cincuenta estampas de la vida cotidiana, sin orden ni concierto, en las que Hidalgo narra con humor e ironía distintas situaciones en las que ha sufrido ataques de hipocondria. La segunda es una teoría sobre la hipocondria trazada desde la propia experiencia del autor. Ambas partes articulan una panorámica llena de colorido y de expresividad que sin duda, además de informar, divertir y entretener, iluminan un mal psíquico que puede afectar a cualquiera.