Ensayo

Los Franco S.A.

Mariano Sánchez Soler

4 septiembre, 2003 02:00

Oberón. Madrid, 2003. 293 pp, 16 euros

Trata este libro, según argumenta con sorna el autor, "el aspecto más desconocido de la historia del clan", es decir, "la manera en que obtuvieron su fortuna" los diversos miembros de la familia "del último dictador de Occidente". Una faceta que había permanecido en un segundo plano porque tanto al historiador como al analista político tradicionalmente les han atraído más otras cuestiones relacionadas con la historia externa y la mecánica del poder del franquismo. A fortiori, el insoslayable ascendiente marxista en el ámbito de las ciencias sociales propiciaba casi el descrédito de todo lo que no fuera examen de las estructuras y de las magnitudes socioeconómicas. En este sentido, el rastreo de los intereses particulares de las personas concretas, aunque fuesen tan importantes como el jefe del Estado o sus allegados, parecía un tema menor o incluso impropio del estudio serio. Se dejaba así un hueco nada desdeñable detectado por el fino olfato periodístico. Penetra por él un reportero curtido en estas lides, Sánchez Soler, para trazar un cuadro demoledor de la familia Franco.

La repetida alusión a la "familia" no es baladí, porque el Generalísimo no tenía entre sus defectos la ostentación personal y el despilfarro cotidiano. Le caracterizaba más bien una austeridad extrema, poso de su formación castrense. Si obviamos los caprichos por las alhajas de su esposa y algunos regalos inmobiliarios que recibió, no es hasta la incorporación del marqués de Villaverde (comienzos de los 50) cuando se produce un cambio notable. En palabras del autor, "el lujo se adueñó definitivamente del entorno familiar de Franco". A partir de ahí se desarrolla "una trama financiero-familiar" que Sánchez Soler caracteriza como "holding Franco", con una cantidad de bienes y empresas imposibles de cuantificar, debido a las argucias fiscales y contables, pero que deben situarse en la órbita de los miles de millones de las antiguas pesetas. Al cronista de estas andanzas tan poco edificantes se le termina yendo el pulso en el tramo final del libro, en el que reproduce una "retrato sexológico de las nietísimas" francamente prescindible, que no debería tener cabida en una investigación de estas características.