Image: Tengo un sueño

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Ensayo

Tengo un sueño

Lula da Silva

6 noviembre, 2003 01:00

Lula da Silva. Foto: A. Lacerda

Prólogo de F. Escribano. Península. Barcelona, 2003. 96 páginas, 10 euros

Las revolucionarias propuestas de Lula han suscitado muchas miradas sobre el fenómeno brasileño. Así, Ana Tortajada y Natza Farré acaban de publicar Por fin Brasil (Lumen), apasionante crónica de su viaje al país de Lula. Asistieron a actos oficiales de Lula y entrevistaron a los más pobres de las favelas, para trazar un retrato deslumbrante de un país que sigue creyendo en el porvenir que hoy encarna su presidente, ahora que "la esperanza ha vencido al miedo y la sociedad brasileña ha decidido que ha llegado el momento de abrir nuevos caminos"

Que Brasil es país inmenso (175 millones de habitantes) y potente (octava economía mundial) lleno de contrastes no es noticia para nadie. La mayor riqueza y la más lacerante pobreza conviven, la alta tecnología y las formas de cultivo más tradicionales cohabitan, y las posturas políticas de corte más neoliberal se tienen que entender con los planteamientos más clásicos del sindicalismo de mediados del siglo XX.

Mucha gente en Europa apoya a Lula por el hecho de pertenecer a una familia pobre y haber salido de las filas sindicalistas. Otra mucha desconfía precisamente por lo mismo. Sin embargo, pocos conocen su pensamiento y casi nadie sabe cuáles son sus planes políticos. Este libro brinda la posibilidad al lector europeo de entender la figura de Lula desde sus propias palabras.

El libro está constituido por cinco capítulos que se corresponden con cinco discursos. El primero explica el compromiso por el cambio. Fue el texto leído tras la victoria electoral. Sin duda, un texto histórico. En él recuerda su compromiso en la lucha contra el hambre, la desigualdad y la corrupción y su promesa de trabajar para alcanzar mejores niveles de sanidad y educación. Todo ello sin descuidar los compromisos presupuestarios internos e internacionales. Fue un discurso de llamada a la confianza para dentro y fuera de Brasil. El segundo capítulo, titulado "Cambiar la Historia", explica la necesidad de impulsar una reforma agraria, educativa, sanitaria y de la Justicia; subraya que la esperanza debe vencer al miedo; recuerda que el mundo no necesita guerras sino comprensión; y pone el acento en que la pobreza en Brasil no ha sido causada por el colonialismo, sino por una estructura de poder interna que lo facilitó.

En el tercer capítulo, titulado "Vengo de Porto Alegre" (fue el discurso pronunciado en Davos), Lula recuerda que el mercado no podrá reducir los 45 millones de pobres que viven en Brasil, ni arreglar las disparidades, si no es con la participación del Estado. El cuarto capítulo, titulado "El hambre no puede esperar" subraya que Brasil no reclama propinas del exterior o ayuda solidaria, sino soluciones estructurales internas e internacionales. Finalmente, en el último capítulo titulado "Por el bienestar de América del Sur", defiende la necesidad de la integración latinoamericana.

Más de 53 millones de votos hicieron posible que Lula se convirtiera en Presidente de Brasil. Estas 96 páginas son un buen inicio para comprender por qué recibió un apoyo tan masivo. En los últimos días la prensa española transmitió las declaraciones que José María Aznar hizo durante su visita a Brasil sobre la necesidad que tiene aquel país de seguir la ortodoxia económica neoliberal alejándose de los populismos para impulsar el desarrollo y reducir la pobreza. El lector inteligente debe sin duda leer este libro para comprender que la pobreza latinoamericana no es el resultado directo de la aplicación de los modelos populistas de mediados del siglo XX, y que el desarrollo no se logrará aplicando recetas mágicas importadas del exterior, sino intentando solucionar los problemas con imaginación y, sobre todo, abriendo la puerta a la esperanza. El castigo y el miedo no ayudan a construir el futuro, sino a esconder las soluciones y a justificar la ausencia de cambio. Un libro obligado para los que padecen de insomnio de esperanzas.