Ni se les ocurra comprar este libro. Bastantes millones han ganado los Pelayos jugando a la ruleta como para que les pongamos ahora sobre el tapete el pelotazo de un best-seller. Y no crean que leyéndolo van a convertirse en unos "rompecasinos". Los García-Pelayo mataron la gallina de los huevos de oro. A nosotros sólo nos queda la estupefacción ante esta historia que aúna picaresca, ciencia y un despliegue profesional y humano abrumadores. Después de vivir de los discos, del cine y de la ruleta, la familia de Gonzalo García-Pelayo llegó a vivir del póquer. Que ahora empiece a vivir de los libros convierte este largo periplo en una odisea surrealista.

Dedicado a inmortalizar su gesta como expoliadores legales de casinos de toda Europa, despierta esa antipatía que inspiran todas las historias de triunfadores. ¿No es increíble que desde las aportaciones de filósofos como Pascal al estudio de los juegos de azar, no fuesen sino unos españoles en los pasados años 90 quienes descubrieran un sistema de juego ganador para la ruleta? No abrimos este libro dispuestos a exigir ningún valor literario, sino aventura. Pero la osadía y la limpieza del clan nos seduce. Deliciosas anécdotas salpican esta memoria. Millones de pesetas olvidados en algún armario de hotel, pleitos con el Casino de Madrid, crupieres que se pasan al bando de los saqueadores, y hasta la ingenuidad de pedir permiso a un casino en Cataluña para "sacarle dinero de manera comedida". Un anexo técnico da cuenta de la inteligencia matemática del cerebro de la banda, que sigue activa en la era de Internet.