Image: Memoria de Auschwitz

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Ensayo

Memoria de Auschwitz

Reyes Mate

11 diciembre, 2003 01:00

Trotta. 269 pp, 17 euros. Por los campos de exterminio. Anthropos. 173 pp, 10’50 euros

Auschwitz pende sobre nosotros como signo indeleble: significante vergonzoso de un significado atroz. Más o menos en el centro de Europa, aproximadamente en el medio del pasado siglo XX, Auschwitz continúa siendo una herida abierta en la cultura de Occidente.

No sólo miles de personas fueron sistemáticamente asesinadas en ese y otros campos; en esos cotos de terror planificado, la humanidad se confrontó con su caricatura deforme, midió las inmensas posibilidades de su propia inhumanidad. En dos libros de distinta factura y estilo, Reyes Mate cita a Auschwitz como testimonio y a los supervivientes como garantes de una verdad y de una ofensa que no puede ser olvidada. Por los campos de exterminio es la memoria de un viaje por los paisajes del terror, por la memoria del mal. Memoria actualizada y memoria reflexionada, que pretende reparar olvidos y servir de acicate a una teoría de la verdad y a una práctica de la justicia. Memoria de Auschwitz hace dialogar el recuerdo de la experiencia con las dimensiones especulativas de la ciencia. Comparecen los testigos; aquellos que han dedicado su obra a relatar la vida y la muerte en condiciones inhumanas, los que han abierto brechas en las clásicas concepciones de la moral y de la política, los que obligan a dar un nuevo significado a conceptos como justicia o verdad: Wiesel o Levi, Améry o Antelme. Pero no se trata de un relato histórico o de un reportaje. Importa la restitución de la verdad, pero importa más la interpretación adecuada, la comprensión de lo incomprensible. Las dimensiones del asesinato en masa, su concepción y su rigurosa planificación, requieren un arduo trabajo. Y hay otros testigos. Otros testimonios. Los "avisadores del fuego": los que, como Franz Rosenzweig o Walter Benjamin escrutaban nuestro pasado y su presente y escribían el futuro; los que presagiaban el crimen aun sin poder prever su magnitud. También los que han partido de la memoria para pensar los principios y fines de la historia, los que han procesado el acontecimiento en clave filosófica: Lévinas o Arendt o Adorno.

La filosofía de la segunda mitad del siglo XX se vio confrontada con el horror en su grado máximo. Se vio confrontada con lo "imposible", sangrantemente real. Nuestras seguridades morales y nuestras ilusiones políticas quiebran al escuchar el eco de una palabra: Auschwitz.

Reyes Mate exige una revisión de las categorías de justicia, de verdad, de razón. Exige una razón anamnética y una justicia que no condene a las víctimas al olvido. Exige una verdad que se vincule al testimonio: al individuo y al grupo concretos, al aquí: una verdad que no es la del espectador distanciado, presuntamente objetivo y, sin duda, objetivador. Una verdad, por el contrario, que rescate las dimensiones personales (no tanto subjetivas) de la experiencia. La invitación de Reyes Mate, la memoria de Auschwitz, el recorrido doloroso por el delirio de los campos de exterminio, pretenden otra cultura y otro culto, otro pensamiento y otro lenguaje.