Ensayo

Dramaturgos del cine español

J. A. Ríos Carratalá

5 febrero, 2004 01:00

Universidad de Alicante. 149 páginas

El lógico punto de encuentro entre los dramaturgos y el cine, afirma este libro, no puede ser otro que el guión. Y el guión ha resultado ser el aspecto más descuidado de la producción cinematográfica española. De ahí que la relación entre los dramaturgos españoles y el cine haya sido más bien decepcionante: el cine apenas logró enriquecerse por las aportaciones de unos creadores que, en su ámbito natural, sí eran capaces de urdir piezas eficaces y del agrado del público; y los dramaturgos, en general, adoptaron respecto al cine una actitud de cínico desapego. Leemos este libro, pues, con melancolía: la que produce la constatación de tanto talento desaprovechado. Ni siquiera los integrantes de "la otra Generación del 27" (Mihura, Tono, Jardiel, López Rubio, Neville), coetáneos del cine y parte activa en la transición del mudo al sonoro, que los llevó a Hollywood, a trabajar en las versiones españolas de las películas que producían los grandes estudios, lograron encontrar en el cine español un sitio acorde con sus logros y capacidades.

Hubo, eso sí, meritorias excepciones, joyas que el rigor de Ríos Carratalá rescata del marasmo de producciones mediocres del período estudiado. Y, junto a una larga nómina de decepciones, hay ejemplos de trayectorias fructíferas, como la de Jaime de Armiñán, que contrastan con otras abocadas a enriquecer la vertiente más anecdótica de la literatura. Completan el libro un buen número de datos curiosos: que Antonio Gala escribió los guiones de un par de películas de Raphael, o que el filme español más visto es No desearás al vecino del quinto. Ejemplos acordes con las conclusiones a las que apunta este interesantísimo estudio.