Image: Sagas españolas del espectáculo

Image: Sagas españolas del espectáculo

Ensayo

Sagas españolas del espectáculo

Antonio J. Castro

12 febrero, 2004 01:00

Cayetana Guillén Cuervo

Centro Cultural de la Villa. Madrid, 2004. 420 págs, 15 euros

Hay que tener un grandísimo amor por el teatro para escribir estas Sagas (acaso dinastías o familias hubiera sido más acertado). Uno trata de imaginarse las semanas de escrutinio por los archivos, horas de charlas para dar con el dato y el parentesco precisos...

Y a uno se le ponen los pelos de punta. Por mucho que la conmovedora vanidad de la farándula pueda facilitar las cosas, hay cosas que resultan imposibles; por ejemplo, la edad de las actrices, circunstancia señalada por el propio autor y que estoy en condiciones de corroborar. Hace unos años el jurado del Mihura se encontró con un empate a la hora de otorgar el premio; éramos pares y no había manera de desequilibrar aquello. Mihura dejó escrito que, en un caso así, se declarara ganadora a la más joven; pero los datos biográficos eran variables y contradictorios. Sólo invocando la clásula determinante se consiguió que las interesadas declararan su edad verdadera.

Anécdotas aparte, el resultado de tan árduo azacaneo por parte de Antonio J. Castro Jiménez son más de 400 páginas por las que desfilan centenares de gentes del espectáculo agrupadas por afinidades y ramas familiares: un frondoso árbol del teatro español y espectáculos adyacentes de los dos últimos siglos. Es un glorioso censo de todos aquellos que siguieron la llamada de la escena porque llevaban el teatro en la sangre; porque, según la jerga de la farándula, "nacieron en un escenario". Aunque la afirmación sea un tanto hiperbólica, quiere definir al actor de raza, al payaso esencial, aquellos que todo lo aprendieron entre cajas; actores y actrices con un amor indomable por la palabra, el gesto y las candilejas, bajo la amenaza, no menos indomable, de penurias e interdicciones. Entrañable gente esta de la farándula, entrañable turba "tan difícil de sujetar y dirigir", que decía, aproximadamente, alguien que los conocía muy bien: Molière.

Por todo esto, Sagas españolas del espectáculo es no sólo un reconocimiento de las viejas y conocidas familias de cómicos, las famosas y las menos famosas. Es también un homenaje a la espléndida fantasía del arte de interpretar: un homenaje al heroismo del actor. Las páginas de este libro evidencian que esta profesión, a pesar de la continuidad de los grandes apellidos, ha dejado de ser hereditaria e instintiva para derivar en un aprendizaje más académico y pautado. Son los signos de los tiempos, no necesariamente malos. Por el instinto sin escuela ni técnica se ha frustrado en España más de un intérprete. Pese a todo, la heterodoxia ha sido siempre el sello de los elegidos. No todos los miembros de estos clanes tienen la misma importancia. Pero los hay, verdaderamente grandes. Y actrices, no sólo grandes, que también, sino más numerosas.