Image: Como arqueros al blanco

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Ensayo

Como arqueros al blanco

Diego Gracia

18 marzo, 2004 01:00

Diego Gracia. Foto: Archivo

Tria-Castela. Madrid, 2004. 516 páginas, 45 euros

El título, Como arqueros al blanco, envía, como se explica en la introducción del libro, a una conocida frase de Aristóteles: consta en la ética a Nicómaco y alude al fin que organiza y dirige los actos humanos.

Ese fin ha de ser, como el blanco para el arquero, el que conduzca y oriente la acción, la meta de una vida éticamente entendida. El subtítulo, Estudios de bioética, introduce el ámbito en el que la orientación de las acciones, el control de las decisiones y la deliberación ética van a ser investigados: el ámbito de la bioética. Un ámbito que no es desconocido para Diego Gracia, que ya ha publicado cuatro volúmenes con el título común de ética y vida: estudios de bioética, así como otro texto titulado Fundamentos de bioética.

Veinte capítulos repartidos en cinco bloques temáticos recorren diferentes espacios y diferentes tiempos: rastrean la historia de la medicina y asisten a sus cambios fundamentales, ponen en relación la práctica médica con las estructuras económicas, sociales y políticas, indagan los fundamentos de la bioética y sus relaciones con la religión, o con los paradigmas teóricos vigentes o incipientes (racionalidad narrativa, hermenéutica...). Temas controvertidos como las drogas, la confidencialidad de datos clínicos, las células embrionarias y su caracterización moral y legal o el trasplante de órganos son atraídos a una reflexión en la que las complejidades de la práctica son contrastadas con los rigores de la teoría: de una teoría que no es la médica ni la legal sino la ética.

Ambicioso por los ámbitos que visita, actual por los problemas que incorpora, el texto de Diego Gracia se sitúa en el centro polémico de muchas de las preocupaciones contemporáneas: y no sólo de los especialistas, sino de todo ciudadano, episódica o sistemáticamente concernido por la enfermedad y por la salud, interesado por las posibilidades que abren las nuevas investigaciones (genéticas, por ejemplo), atribulado tal vez por el estado de la medicina pública, por su eventual deterioro o su cancelación.

Desde el punto de partida de la historia interpretada como incremento de las posibilidades (y, por ello, como más poder o poder más), el autor lleva la investigación hasta los límites en los que el aumento del poder colisiona (o roza) con los requisitos del deber: pues las leyes de la medicina, las que desarrollan su teoría y dirigen su práctica, no son ajenas -ya desde el Juramento hipocrático- a los entornos profesionales, o al más amplio entorno social y axiológico, en los que la medicina se desarrolla. También se indica en el libro y es oportuno recordarlo: desde hace tiempo, aproximadamente desde la revolución industrial, la vida y las ciencias de la vida han pasado a ser uno de los principales focos de preocupación pública. No es extraño que nociones como "biopolítica" o "biopoder" hayan alcanzado en estos últimos años un evidente prestigio y un notorio desarrollo. En ese entorno problemático Como arqueros al blanco señala un sentido y una dirección.