Image: La guerra de los Treinta Años

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Ensayo

La guerra de los Treinta Años

Geoffrey Parker

3 junio, 2004 02:00

Geoffrey Parker. Foto: Esther Lobato

Ed. Antonio Machado. Madrid, 2004. 404 páginas, 21 euros

Geoffrey Parker es uno de los más importantes hispanistas, autor de buen número de libros y trabajos sobre la historia de la España de los Austrias, que han sido reeditados constantemente en nuestro país.

Me limitaré a citar las primeras ediciones en castellano: El ejército de Flandes y el camino español, 1567-1659 (1976), Felipe II (1984), La Gran Armada, 1588 (escrito con Colin Martin, 1988), La revolución militar. Las innovaciones militares y el apogeo de Occidente, 1500-1800 (1990), La Gran Estrategia de Felipe II (1998), o El éxito nunca es definitivo: imperialismo, guerra y fe en la Europa Moderna (2001). Todos ellos, y otros estudios, hacen de él una referencia obligada en la historia de la alta edad Moderna.

La guerra de los Treinta Años ha sido otro de sus éxitos editoriales, no sólo en España, donde existía ya una primera edición de 1988. La que ahora aparece corresponde a la segunda edición, aumentada y revisada, de la versión inglesa. Además de un excelente historiador, Geoffrey Parker es un gran coordinador de autores, lo que los anglosajones llaman editor. Este libro es una buena prueba de ello -pues pese a la intervención de una decena de importantes historiadores ofrece una sorprendente unidad- y también de otras dos virtudes suyas: su ciclópea capacidad de trabajo y su evidente aptitud para la síntesis.

Parker ha recorrido archivos y bibliotecas, se ha empapado de la abundante bibliografía -mucha de ella alemana o de los países del Norte de Europa, poco accesible para nosotros- y ha ofrecido una exhaustiva síntesis sobre la guerra más importante de cuantas se combatieron en la Europa Moderna. El empeño es difícil y se centra esencialmente en los aspectos políticos, estratégicos y militares. Pero ya es bastante, pues afecta a la historia de muchos países europeos durante la primera mitad del siglo XVII.

La guerra de los Treinta Años (1618-1648) fue el último gran conflicto confesional de la historia europea. En él se enfrentaron soberanos y príncipes católicos con luteranos y calvinistas, pero la religión no fue el único motivo del conflicto, sino que -como ocurre habitualmente- se mezclaron en él causas de todo tipo, que contribuyeron a su complejidad y duración. El epicentro estuvo en Alemania, pero los contendientes no fueron sólo alemanes, afectando también a Dinamarca, Suecia, Holanda, Inglaterra, Francia, Polonia, Rusia, Transilvania, el imperio turco, los estados italianos y, por supuesto y en lugar destacado, a España, que apoyó la política "católica" de los emperadores Habsburgo.

Las circunstancias cambiantes del enfrentamiento se vieron complicadas con la aparición de otros conflictos en distintos puntos de Europa, y en especial, la segunda fase de la guerra de los Países Bajos (1621-1648), que enfrentaba a España con los rebeldes holandeses.

El interés de Parker por los detalles se manifiesta no solo en la profundidad y armonía del estudio, sino también en la confección de una precisa cronología, la exhaustiva bibliografía crítica que cierra el estudio, o las buscadas ilustraciones que incluye. El principal defecto afecta a la traducción, correcta en líneas generales, aunque hubiera sido de desear un criterio más estricto en la traducción de algunos topónimos, así como la revisión detallada de un historiador. A modo de ejemplo, existen términos españoles de uso común para Trier (Tréveris), Mainz (Maguncia), o Cleves (Cléveris). En otros casos, como el río Main (Me- no?), la traducción española no es habitual, por lo que resulta extraña. El nombre español de la ciudad en que se celebraba la dieta del Imperio es Ratisbona (no Regensburgo). James I de Inglaterra es para noso-tros Jacobo I, lo mismo que hablamos de la guerra de los uscoques (no uzkoks) o la Valtelina (no Valtellina). Carece de sentido no traducir ciertos términos, como broadsheets (impreso de gran formato), o strip-cartoon (historieta). O traducir a medias, como "día de Dupes" ("día de los engaños"). Para los españoles, la terrible derrota naval de las Dunas, en 1639, tiene un significado preciso, por lo que resulta absurdo hablar de la batalla de Downs. Por último, conviene recordar que el heredero del emperador solía ser coronado como rey de Romanos, no de los rumanos. En cualquier caso, son errores fáciles de corregir en el futuro, que apenas empañan la excelente calidad de la obra.