Image: Una temporada en la tierra

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Ensayo

Una temporada en la tierra

Lorenzo Gomis. José Andrés-Gallego

9 septiembre, 2004 02:00

Lorenzo Gomis. Foto: El Ciervo

El ciervo. Barcelona, 2004. 460 páginas, 24 euros

Este es un libro de memorias que merece la pena ser leído por quien esté dispuesto a acoger felizmente a personas que fueron antifranquistas y hoy sonríen ante su propia singladura, en vez de presumir de lo que hicieron.

Eso es un punto a su favor, no porque el Régimen merezca mayor respeto, sino porque esta generosidad hace enormemente respetable a quien la tiene. El Régimen queda así precisamente en lo que fue: una dictadura meliflua que generó en su propio seno y entre sus propias gentes no ya la oposición, sino el equipo de gestores políticos que le dieron muerte en 1976-1978; una de las coyunturas que también se expone en estas memorias desde el punto de vista que más puede interesar, el de la memoria personal. Lo que nos descubren es que la Transición la vivió cada cual a su modo y no caben simplificaciones ni idealizaciones.

Si alguien puede lucir vitola de opositor al Régimen es Lorenzo Gomis, uno de los fundadores de El Ciervo, revista que desde 1951, cuando anunció que defendería un catolicismo "antibeato", fue convirtiéndose en bastión de una de las vetas mejores de la cultura cristiana catalana progresista, Concilio incluido. Pero no es ése el hilo conductor de estas memorias, unas buenas memorias. Las traza un hombre que escribe bien y que deja la sensación de que no está pagado de sí mismo a pesar de sus muchos méritos y éxitos, que ha sonreído a la vida y que ha puesto la cara unas cuantas veces, de ésas en que la autoridad da bofetadas, sin almacenar resentimientos por ello. El relato de sus conversaciones con el delegado de Información y Turismo en la Barcelona de los 50, luego importante americanista Demetrio Ramos, es una delicia, sobre todo para quien ha conocido a Demetrio Ramos como académico ilustre. (Gomis no sabe que Demetrio empezó su vida política cuando se pasó de la zona republicana a la nacional, en la Guerra; se echó a dormir en un sembrado y, cuando despertó, estaba en plena batalla del Jarama). Las memorias de Gomis están plagadas de retratos amables de las más diversas personas que se han cruzado en su camino y en quienes descubre la parte mejor.

Sociológicamente, son unas memorias de la clase media ilustrada de Cataluña, retratada de manera notable, desde el nacimiento del protagonista hasta hoy, pasando por todo ese proceso que consiste en enamorarse, formar una familia, tener amigos e hijos. Profesionalmente, son una página enjundiosa de la historia del periodismo catalán en los últimos 50 años. Y lo mismo de la política, que, inevitablemente, por medio de la censura hasta 1975, se nos presenta como la contraparte del diálogo en que ha consistido la vida profesional de Gomis. Estas memorias son la expresión de una mente abierta y sin recelos ni odios, que no aprovecha la ocasión para ajustar cuentas. Ni siquiera consigo mismo. Enhorabuena por tener así de en paz el alma y mantener el buen humor.