Image: Patologías de la imagen

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Ensayo

Patologías de la imagen

Román Gubern

14 octubre, 2004 02:00

Román Gubern. Foto: Santi Cogolludo

Anagrama. Barcelona, 2004. 359 páginas, 20 euros

La nuestra es, como infatigablemente repiten muchos, la "era de la imagen". Es posible que la revolución que asociamos hoy con el uso masivo de los nuevos medios de comunicación haya minado, con consecuen- cias aún poco claras, el protagonismo de la palabra y de la letra en favor de la imagen, siempre más impactante.

La relevancia social de las imágenes no es cosa del presente. Es más antigua que la de la lectura, sumamente minoritaria hasta la invención de la imprenta. Y como razona el autor de este libro incitante, se aprende a mirar antes que a hablar. Y mirar es seleccionar e interpretar el campo de lo visible. La visión preexiste a las propias imágenes, siendo a su vez modelizada la experiencia de la propia visión por las tradiciones y convenciones culturales. Lo que a su vez obliga a situar la génesis de las imágenes en un inestable compromiso entre lo perceptivo y lo simbólico. Pero hablar de un primado de la visión es hablar de comunicación mucho más rápida y compleja, más sutil y más rotunda que la vehiculada por el lenguaje verbal.

Con datos y razones tomados de nuestra historia natural y cultural, Gubern comienza por ofrecer, en una excelente síntesis del estado de la cuestión, una teoría general de la visión de la imagen, en la que no se cierra la puerta a problema alguno, incluido el tan espinoso de la relación entre las imágenes y el pensamiento. ¿Podemos pensar con imágenes? ¿Es la imaginación más fructífera, más creadora, que el proceder lógico y discursivo de los procesos teóricos convencionales? ¿Acertaba Aristóteles al considerar la fantasía más "anticipadora" que sustitutiva? Gubern no rehuye ninguna de estas cuestiones. Y así, su profundización, sumamente documentada, consigue ofrecer al lector esa información sin la que no parece posible tomar posición ante ese presunto dominio de la imagen, en el que nuestra época encontraría uno de sus rasgos definitorios.

No es la imagen el tema central de esta obra. Una vez sentada su doble naturaleza, perceptual y cognitiva, por un lado, y de artefacto, por otro, para la comunicación social, el autor abandona el campo fácil de las presentaciones dominantes para centrarse en los imaginarios subalternos y diversos, heterodoxos y subversivos. El lector es invitado al antiguo, denostado y temido reino de la subversión, hecho posible por la naturaleza de las imágenes, que pueden ser espacios de conflicto o de confrontación ideológica, estética y ética, medios de enardecer los ánimos y alimento de las pasiones, que en ocasiones se ofrecen como representaciones agresivas, llamadas a escandalizar, ofender e irritar. Lo que ha llevado a su prohibición o a su censura, por lo que componen la otra cara de nuestra historia social y cultural. Lo que aquí está en juego no son, simplemente, esas transgresiones estéticas cuya catalogación llena historias del arte y cuyos efectos ganaron en visibilidad con las vanguardias tardomodernas.

Consciente del plus de sentido y de la rara energía vital con que se ha invertido la ruda materialidad física e inorgánica de las imágenes, Gubern recorre con pericia los hitos de la iconografía religiosa, erótica y política occidental, desde la perpectiva de la función de "armas beligerantes" asumida por algunas de ellas en esos ámbitos cruciales. Usa armas utilizadas, reprimidas o fomentadas, con unos fines u otros, en innumerables batallas que Gubern reconstruye con fidelidad a su tema en lo que debe considerarse como una aportación de primer orden al conocimiento de algunas de las "patologías" que nos han configurado.


Tres cuestiones a Román Gubern
-¿Miramos de forma distinta desde que existe la televisión?
--Sí. Su presencia opresiva en el espacio doméstico contamina nuestra visión del mundo con sus prejuicios y valores.

-Cómo miramos ¿afecta a cómo leemos?
-No. El sistema lector tiene más autonomía que el visual, es más abstracto.

-¿Podemos pensar sin el lenguaje, sólo con imágenes?
-Algunas creaciones de Einstein surgieron de ideas visuales, pero el protagonista del pensamiento es el lenguaje.