Image: Cortázar sin barba

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Ensayo

Cortázar sin barba

Eduardo Montes-Bradley

27 enero, 2005 01:00

Julio Cortázar

Debate. Barcelona, 2005. 394 páginas, 20 euros

La retórica del género biográfico adopta, por lo general, un tono respetuoso y distanciado del personaje. El título de esta biografía incompleta de Julio Cortázar responde a la intencionalidad de su autor, y aunque se prolongue hacia atrás, hasta los lejanos antepasados del escritor, llega tan sólo a su primer regreso a Europa.

El segundo será ya con Aurora Bernárdez, su primera mujer, a la que conoció en Buenos Aires y de la que se dice certeramente que "es una de las caras, uno de los lazos, objetivamente el más trascendente, el que en definitiva va a permitirle instalarse cómodamente en ítaca y en la Historia". Cuando conocí a Cortázar, a finales de 70, aún no disfrutaba de su cuidada/descuidada barba, o sea que la biografía hubiera debido prolongarse hasta bastante más allá de su regreso a París. Escrita con inteligente sentido del humor, buen estilo, estructurada, de ágil narración y llena de detalles, viene a romper algunos moldes del género no sólo por lo que nos revela del joven Cortázar y su familia, sino por ese tono desenvuelto, desmitificador y cordial de Eduardo Montes-Bradley, cineasta y periodista. Sus documentales le habían llevado ya hasta él: Cortázar: Apuntes para un documental (2002), para el que tuvo que documentarse y entrevistar a quienes le conocieron más o menos íntimamente. Montes-Bradley sugiere que a Cortázar no le habría disgustado esta biografía y creo que tiene razón. Habría aplaudido el respeto irrespetuoso con el que se le trata, habría agradecido las exhaustivas investigaciones documentales realizadas con rigor desde su abuelo y hasta, quizá, hubiese aprendido algo sobre sí mismo (¿tal vez lo de permanecer en el dintel?).

El objetivo fundamental del biógrafo es romper los tópicos que se acumulan, falsos en parte, sobre el personaje. Se propone desmontar las "biografías de solapa" y pasa por analizar desde su aspecto físico y su altura, sus lecturas y ciertos rasgos de su personalidad que transforman el mito en ser humano. Su actitud ante la política y ante la vida misma nos permite advertir a un personaje poliédrico, alguien que desea gustar a todos y sabe decir a cada uno lo que desea oír. Se trata casi con rigor de psicólogo sobre la ausencia paterna y con severidad el papel de la madre que habría dado una imagen negativa de quien les abandonó, siendo, él y su hermana, muy niños. Esta tesis de la ausencia paterna y de su búsqueda recorre el libro y llega hasta la madurez del escritor, cuando la familia decide renunciar a la herencia de aquel hombre que murió solo, porque admitirla hubiera supuesto asumir también deudas superiores. En un "Diálogo a modo de prólogo", David Gálvez Casellas y Carles álvarez Garriga analizan, en el mismo tono festivo del libro, las características de esta biografía: "Ya apenas se escriben biografías como ésta. Ya ni los biógrafos son Richard Ellmann ni las fundaciones vacían sus huchas para financiar estudios como el presente". Montes-Bradley descubre que la pronunciación a la francesa de las erres no es por su estancia infantil en Suiza, ni por cuestiones familiares, sino porque sufría dislalia. En el capítulo "In Paradise Island", encabezado con una impagable fotografía de los niños Julio y Ofelia Cortázar, apunta el biógrafo que ha rastreado los archivos familiares, antes de poner fin a la leyenda del origen de Cortázar, nacido en Bruselas. Cierto es el origen, pero una vez más se ha desfigurado la figura del padre. Cortázar vivió rodeado de mujeres desde su llegada a Buenos Aires hasta su mayoría de edad. Las cuatro mujeres consiguen, sin embargo, casarse en un mismo ámbito familiar. Las relaciones con la madre bien merecerían otro paralelismo con Borges. Pese a que Cortázar vive con tres mujeres (sólo se casa con dos), escribe semanalmente a su madre, quien dice que ordenó quemar toda la correspondencia. El biógrafo imagina dos Cortázar que conviven. Posiblemente sean muchos más, aunque rechaza la tesis de que su compromiso político derive de su visita a Cuba. Admitirlo "sería negar sus elecciones y perspectivas en tiempos del Mariano Acosta, su visión de la realidad que le tocó vivir en Bolívar y la naturaleza política de las alternativas con las que coexistió en Mendoza". Y habrá que sumar la guerra de España, el nacimiento del peronismo. Esta documentada biografía requiere una segunda parte. La primera resulta imprescindible para cualquier cronopio, para quien guste de un género renovado, para los buenos lectores de Cortázar o simplemente para buenos lectores.