Image: 11-S: el informe. Extracto del informe final de los atentados terroristas contra Estados Unidos

Image: 11-S: el informe. Extracto del informe final de los atentados terroristas contra Estados Unidos

Ensayo

11-S: el informe. Extracto del informe final de los atentados terroristas contra Estados Unidos

Comisión Nacional de Investigación

24 febrero, 2005 01:00

Foto: Robert Clarck

Paidós. Barcelona, 2004. 350 páginas, 18 euros

Dos mil novecientas setenta y tres personas fueron asesinadas el 11 de septiembre de 2001 en el peor conjunto de ataques terroristas coordinados que recuerda la historia. El mejor homenaje a su memoria consiste en establecer la verdad de lo ocurrido y el Informe de la Comisión Nacional de Investigación representa un gran paso en esa dirección.

Elaborado por una comisión independiente y bipartidista, que llevó a cabo una investigación exhaustiva, este informe ha tenido unas extraordinarias ventas en Estados Unidos y ahora aparece en España en una versión reducida que se limita a los capítulos más atractivos. Su lectura resulta fascinante, aunque no se trata de una reconstrucción encaminada a captar la atención del lector, sino de un informe que proporciona información precisa. La edición española es en general satisfactoria, pero resulta incómodo que no se haya incluido en ella la lista de las siglas utilizadas, porque sinceramente no resulta fácil recordar que el cap es la Patrulla Aérea de Combate y el papd es el departamento de policía de la autoridad portuaria.

Tres son los grandes temas que el informe aborda. Por un lado, los acontecimientos del propio día 11, tanto en los aviones secuestrados como en los edificios impactados. Por otro, los antecedentes de los atentados y su minuciosa preparación. Y por último, las medidas que con anterioridad al 11-S habían tomado las administraciones de Clinton y Bush para hacer frente a las amenazas de Bin Laden. En todo ello la gran cuestión que aparece es la dificultad que tuvieron los responsables de la seguridad de los Estados Unidos para gestionar la información, tan abundante como incompleta, que recibieron con anterioridad a los atentados e incluso en el transcurso de los mismos. A posteriori parece claro que la administración Bush subestimó el riesgo de un ataque contra el propio territorio de los Estados Unidos, pero lo cierto es que los abundantes indicios disponibles en el verano de 2001 acerca de un gran golpe preparado por Al Qaeda apenas sugerían esa posibilidad. Y la información en tiempo real que se tuvo acerca de los aviones secuestrados apenas llegó a los responsables de la defensa aérea, que sólo en el caso del que se estrelló contra la Torre Norte supieron del secuestro antes de que se produjera el impacto.

El trabajo de la Comisión ha dejado claro lo ocurrido aquel fatídico día en todos sus aspectos importantes, pero es sin embargo dudoso que la precisión de sus datos vaya a imponerse a los prejuicios de algunos. En el caso del avión que se estrelló en Pensilvania, por ejemplo, el Informe ofrece una información que apunta sin lugar a dudas a una heroica rebelión de los pasajeros contra los secuestradores como el motivo que condujo a que el piloto terrorista optara por estrellarlo. Sin embargo, un comentarista español generalmente bien informado ha apuntado que, en este aspecto, el trabajo de la comisión ha quedado invalidado porque una frase de Donald Rumsfeld en diciembre dio a entender que ese avión fue derribado. ¿Qué dijo en realidad Rumsfeld? Sencillamente que los terroristas lo derribaron (shot down), cuando lo que quería decir es que lo estrellaron. De ahí a pensar que fue derribado, pero por orden del propio gobierno americano, para algunos no hay más que un paso. Quienes crean en la maldad intrínseca de los Estados Unidos no deben por tanto molestarse en leer este Informe. Para qué preocuparse por los hechos cuando ya se tienen buenos prejuicios.