Image: Fe, verdad y tolerancia

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Ensayo

Fe, verdad y tolerancia

Joseph Ratzinger

21 abril, 2005 02:00

Foto: Archivo

Trad. Constantino Ruiz Garrido. Sígueme. Salamanca, 2005. 237 págs, 18 e.

No hace mucho hablábamos en El Cultural del libro de Raimon Panikkar sobre las coincidencias entre las grandes religiones y hete aquí que es lo mismo que se plantea Joseph Ratzinger en este libro, pero para insistir en lo que las distingue.

Hoy se ha impuesto el relativismo y el indeferentismo religioso, viene a decir, y corremos peligro de renunciar al mejor de nuestros legados. Panikkar disentía, en su libro, de un cristianismo que sea excluyente (pero no por el viejo asunto de la necesidad de tolerancia, sino porque querría que tomáramos todos conciencia de que, de alguna forma, todos somos cristianos, incluidos hindúes y budistas) y Ratzinger insiste en lo que diferencia a los cristianos de hindúes, budistas, musulmanes y todos los demás. Vale todo lo que lleve a Dios, en efecto-viene a decir el teólogo alemán-; pero eso no significa que sea lo mismo un camino que otro; porque lo que no podemos imponer a Dios es que guarde silencio. Y no ha guardado ni guarda silencio: lo que llamamos revelación no es sino la voz de Dios, que, entre otras cosas, dice cómo quiere ser considerado y tratado. Por cierto que me gustaría decir al cardenal hasta qué punto es importante, por eso, la tesis de ese notabilísimo biblista español que es Domingo Muñoz, que ya mostró hace veinte años el singularísimo hecho de que, inmediatamente antes de que naciera Cristo, los judíos no tradujeron la Biblia del hebreo al arameo -simplemente porque era el idioma que hablaban-, pero aprovecharon para anteponer la expresión memrá -"palabra", "voz"- a la expresión "Yavé". Allí donde ponía sólo "Yavé" hizo esto o aquello, pusieron "la voz" o "la palabra de Dios" hizo. Y eso hubo de ser la que indujo a san Juan a hablar de Jesús como del "verbo", el "logos" en griego, el "memrá" en arameo. Todo lo que se ha dicho para entender por qué san Juan hizo tal cosa ha de reorientarse, en adelante, a averiguar por qué los judíos se adelantaron a retocar la Biblia de esa forma.

Ratzinger insiste, primero, en lo dicho: que el problema no está en cómo llegamos mejor a Dios, sino en cómo prefiere Dios que lleguemos a él; segundo (y esto es nuclear en su argumento), que, en la historia de las religiones, el cristianismo es, entre otras cosas, el primer gran intento de conciliar religión y razón y, ese racionalismo -mejor: esa razonabilidad- hace que el indiferentismo sea una regresión (que culmina, viene a decir, con el Islam, que es tan amenazador como teológicamente elemental); tercero, que, además, el cristianismo también se abrió paso porque concilió religión y razón con una propuesta ética cabal, y esa propuesta sigue siendo la más razonable, también a la hora de convivir.