Ensayo

Viejas y nuevas guerras

Herfried Mönkler

26 mayo, 2005 02:00

Siglo XXI. 224 p, 18 e. Carl von Clausewitz: De la guerra. La Esfera. 740 p, 32 e.

Han pasado casi dos siglos desde que Clausewitz publicara su magistral estudio sobre la lógica de la guerra. Su tiempo no es ya el nuestro y un estudio reciente del politólogo alemán Herfried Mönkler muestra lo muy diferentes que son las guerras actuales respecto a las de entonces.

Ambos libros coinciden hoy en las librerias españolas en cuidadas traducciones y vale la pena confrontarlos para comprender los profundos cambios que se han producido. El marco de referencia de Clausewitz lo constituyen las guerras europeas de los siglos XVIII y XIX, que eran guerras simétricas, en el sentido de que en ellas se enfrentaban estados con similares fuerzas armadas y que se guiaban por una lógica similar. Esa lógica resultaba de la persecución de intereses estatales, lo que llevó a Clausewitz a su famosa afirmación que la guerra representa la continuación de la política por otros medios. Las guerrillas españolas que se habían enfrentado a las tropas de Napoleón constituían sin embargo un ejemplo de que era posible hacer la guerra de otra manera, que Clausewitz denomina guerra popular, en la que no se busca la derrota del enemigo en una batalla decisiva, sino que se le debilita mediante un acoso incesante. Se trata de lo que hoy llamamos guerra asimétrica, en la que los contendientes utilizan estrategias y recursos completamente distintos.Este es el tipo de guerras que predomina hoy.

Las guerras entre estados resultan en la actualidad excepcionales, porque se ha cumplido la previsión de Kant de que las democracias no son proclives a la guerra. Las democracias no se combaten entre sí y siendo hoy democráticas todas las grandes potencias, con la notable excepción de China, las grandes guerras interestatales parecen un recuerdo del pasado. Pero esto no ha llevado a la paz perpetua que esperaba el gran filósofo de la Ilustración alemana y que algunos creyeron cercana tras el fin de la guerra fría. Por el contrario proliferan en los países en desarrollo las guerras internas, para las que cabe utilizar distintas denominaciones: guerras de guerrillas (partisanas las llama Mönkler), guerras de baja intensidad o incluso guerras salvajes.

La gran aportación de Mönkler es el esclarecimiento de la lógica interna de estas nuevas guerras, que no es la lógica de los estados sino la de los actores no estatales. Cabe hablar por ello de una privatización de la violencia. Señores de la guerra, guerrilleros y criminales comunes se benefician de la guerra e incluso de la ayuda humanitaria internacional que fluye hacia las regiones que ellos dominan, por lo que no tratan de lograr una victoria decisiva, sino que prefieren mantener una situación que les favorece. La mayor parte de las víctimas se produce en la población civil, que sufre de la acción de unos combatientes sin disciplina ni honor militar, muchos de ellos adolescentes sin esperanza a los que la posesión de un arma permite la satisfacción de todos los deseos. A través del terrorismo, la más asimétrica de las estrategias, la nueva guerra alcanza también al mundo desarrollado. Y las normas del derecho internacional, surgidas en la era de las guerras interestatales, corren el riesgo de volverse obsoletas. Ante esta situación, Occidente se ve impelido hacia intervenciones militares, cuya lógica, según Mönkler, no deriva tanto de la defensa de las derechos humanos como de los peligros que las nuevas guerras representan para la comunidad internacional.