Portada de "El caso"

Nacido en 1919 en Daimiel, por razones del trabajo de su padre, médico, Eugenio Suárez se educó en el colegio del Pilar, donde coincidió con ilustres madrileños hasta que le echaron y comenzó a dar tumbos por distintas instituciones educativas.

Como leemos en esta autobiografía, a ratos memoria, a ratos confesiones desgarradas, Suárez vivió la II República como miembro de Falange, motivo por el cual, tras pasar por la Cárcel Modelo, fue enviado por su familia a Berlín donde conoce a Eugenio Montes, Antonio Tovar, Martín Almagro y otros falangistas con los que vuelve a España.

Durante la Guerra Civil consolida su vocación periodística. Colabora en el "Diario Vasco", "Fotos", "La ametralladora" y después trabaja en el diario "Ya". En 1942, tras pasar por las facultades de Filosofía y Letras y Derecho, se diploma en Periodismo por la Escuela Oficial y, por mediación de Juan Aparicio, trabaja en el Departamento de Censura, donde coincide con Cela. Ese mismo año se enrola con la División Azul, pero una hepatitis le devuelve a España. Tras trabajar como redactor y enviado especial en Hungría para Radio Nacional de España y en el diario "Madrid", Suárez funda en 1952 el semanario "El caso". Destinado a un público popular, comenzó tirando 11.500 ejemplares para alcanzar los 400.000 en 1958 con ocasión de los crímenes de Jarabo. En "El caso" publicaron grandes firmas del género como Margarita Landi, Enrique Rubio o José María Vega, cofundador y gran amigo de Suárez.
En 1958 Eugenio Suárez saca a la calle el semanario "Sábado Gráfico", del que fue también director y propietario hasta que dejó de publicarse en octubre de 1983. Si en sus inicios "Sábado Gráfico" era prensa del corazón, con los años se transformó en un semanario de información general. El semanario de humor "El cocodrilo Leopoldo", "Cine en 7 días", "Velocidad" o "Aire libre" son algunas de las publicaciones que Suárez puso en marcha.

Premiado, adulado y criticado por muchos, la complicada vida que Eugenio Suárez muestra al lector pone de manifiesto sus conflictos con el poder, con las relaciones de pareja y con España, un país puesto al trasluz a través del arco del tiempo marcado por esta autobiografía.