Dios y el mundo. Una conversación con Peter Seewald
Joseph Ratzinger
2 junio, 2005 02:00Benedicto XVI. Foto: Maria Thann
Me apresuro a decir que, por su longitud, he abreviado el título completo de este libro. Es: Dios y el mundo: Creer y vivir en nuestra época: Una conversación con Peter Seewald. Es, por lo tanto, una entrevista, no un tratado ni cosa parecida.Tiene toda la agilidad del entrevistador y la capacidad de adecuación al medio que demuestra el entrevistado. Esto último es singular, porque del prólogo se deduce que son respuestas sobre la marcha, no textos escritos para responder a un cuestionario. Y, siendo así, sorprende el rigor y la claridad del entrevistado. Es probable que la entrevista fuera corregida después de las conversaciones. Corregida y, probablemente, ordenada. El índice es sistemático y tiene visos de exhaustivo: se habla de la fe (y de las dudas de fe), de si Dios es hombre o mujer, del mal, del origen del universo, de la Biblia y su exégesis, de la moral y del legalismo moral, del amor, de la vida sin más, del matrimonio, de la caridad, de la muerte, del dinero... Hubiera sido de agradecer un índice temático final.
No se trata de teorías largamente explicadas ni de cuestiones abstrusas, sino de una conversación fluida, inteligente e inteligible. La claridad de las respuestas es una de las cosas que llama la atención; aunque el papa Benedicto XVI nunca ha pecado de confuso; sus razonamientos siempre han sido más "lógicos" que los de Juan Pablo II. Que el peculiar modo de razonar de Juan Pablo II fuera el del mundo eslavo, como se dijo muchas veces, es cosa en que no voy a entrar. En todo caso, este es un libro nítidamente "occidental" en cuanto al modo de razonar y seguir un relato.
Las conversaciones tuvieron lugar en febrero del año 2000 en una abadía benedictina; se publicaron en 2002 y vuelven a la actualidad con el nombramiento de Benedicto XVI. El abanico de cuestiones es tan amplio que uno no sabe sobre qué llamar la atención. Siempre me ha llemado la atención la visión duramente realista de Benedicto XVI sobre el futuro de lo que hubo de cristianismo en la que fue "sociedad cristiana" europea. Pues bien, aquí se ratifica y, además, se dan algunos datos que explican su visión. Se menciona alguna ciudad alemana de tradición católica donde no se bautiza hoy ni a la mitad de los que nacen. El hecho es singular porque, al mismo tiempo, en los últimos 50 años, el número de católicos del mundo se ha duplicado. Asistimos, pues, al relevo de Europa. Benedicto XVI no es pesimista; viene a decir que así -pequeña- nació la Iglesia y que la clave no está en ser muchos, sino en que sea una realidad abierta. Pero abierta -insiste- externa y también internamente. El libro es muy oportuno, primero porque nace al rebufo del nombramiento pontificio, pero, además, porque, sencillamente, sirve. No sólo sirve para saber cómo piensa este papa, fuera de sus tratados teológicos y también de los clichés de entusiastas y detractores, sino también porque es un cúmulo de elementos de juicio que sirven.