Image: Godard. Retrato de un artista de los 70

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Ensayo

Godard. Retrato de un artista de los 70

Colin MacCabe

2 junio, 2005 02:00

Jean-Luc Godard. Foto: Boris Horvat

Trad. V. Villacampa. Seix Barral. Barcelona, 2005. 471 páginas, 30 euros

En el "post-scriptum" de este libro reconoce el autor que su biografiado "queda excluido para siempre de las grandes realizaciones del cine narrativo". Si semejante anatema se revelase pertinente, seríamos muchos los aficionados al cine que elimina- ríamos a Jean-Luc Godard de nuestras preferencias.

No es ésa, sin embargo, la intención del biógrafo: si Godard no es novelista, nos dice, "sí es el más grande ensayista y uno de los mayores poetas que el cine ha conocido". Lo que, al hilo de lo explicado en este libro, resulta justo. Nadie como Jean-Luc Godard parece haberse tomado tan en serio el uso del cine como transmisor de ideas, y pocos lo han hecho con ese sentido personal que, desde que Montaigne inventara el género, es consustancial a la práctica del ensayo literario. En este aspecto, resulta apropiada la preeminencia que el autor concede a la obra más "ensayística" de Godard, sus Histoire(s) du cinéma (1998), y su defensa de películas tan poco convencionales como Elogio del amor (2001). También llama la atención la reserva que advertimos, por parte del autor, al situar a Godard entre los "mayores poetas" del séptimo arte: es un reconocimiento explícito de que esa consideración la comparte su biografiado con otros cineastas que poco o nada tienen que ver con su modo de hacer cine.

Juicios y matices, en fin, que acreditan la competencia de MacCabe para abordar una obra cuyo sentido general parece depender de sucesivas modas intelectuales sujetas a fechas de caducidad que han ido cumpliéndose. Este libro es un eficiente recorrido por esas modas. El existencialismo de Sartre, el "situacionismo" de Debord, el extraño cruce de marxismo y estructuralismo que predicó Althusser fueron dejando su huella en Godard y en la trayectoria espiritual de la segunda mitad del siglo XX.

La familiaridad de MacCabe con la atmósfera intelectual de la que se ha nutrido su biografiado proporciona al libro una heterogeneidad de enfoque: comienza siendo una biografía clásica, de las que no dudan en rastrear los ancestros del biografiado hasta encontrar en ellos rasgos determinantes de su carácter; se convierte luego en una biografía ideológica, donde el personaje central queda diluido ("deconstruido", diría-mos) por la exuberancia del debate teórico sacado a colación y termine siendo una autobiografía del propio autor, en la que éste, colaborador del British Film Institute, reconstruye su trato con Godard. Con británica discreción MacCabe penetra en la intimidad de Godard, alude oblicuamente a las muchas impertinencias que el cineasta dedicó a sus compañeros de generación y se atiene a su legado fílmico, sobre el que tampoco quiere aventurar juicios de valor demasiado arriesgados. Aplaudimos su elegancia. Y nos admiramos de que logre renovar, incluso entre los más renuentes, la curiosidad hacia su objeto de estudio.