Image: Adolfo Suárez. Una tragedia griega

Image: Adolfo Suárez. Una tragedia griega

Ensayo

Adolfo Suárez. Una tragedia griega

José García Abad

9 junio, 2005 02:00

Portada de la revista "Time" del 27 de junio de 1977

La esfera de los Libros. Madrid, 2005. 496 páginas, 26 euros

La transición española a la democracia vuelve a estar de actualidad por el interés de algunos en revisar aquella fórmula de consenso que llevó a la sociedad española por la vía de la reforma política, en vez de ir a una ruptura que habría reabierto las tensiones generadas por el enfrentamiento civil de 1936.

Fue una vía prevista con anterioridad, en la que resultó clave la figura del Rey, pero que no habría llegado a buen término si no se hubieran sumado a ella muchas otras personas, tanto en el gobierno como en la oposición. Suárez, presidente de varios gobiernos entre julio de 1976 y febrero de 1981, fue un personaje decisivo en aquel proceso, al que aportó un extraordinario conocimiento del aparato político del franquismo y una habilidad para la negociación que no estaba constreñida por compromisos ideológicos. Eso le permitió avances decisivos en la institucionalización autonómica catalana, con el retorno de Tarradellas, o la legalización del PCE, pieza indispensable para la credibilidad democrática de las elecciones de junio de 1977.

Cuando llegó al poder, Suárez tenía la desacostumbrada edad de 43 años y se rodeó de un equipo en el que eran numerosos los ministros de su edad, lo que dio al nuevo gobierno un abierto carácter de ruptura generacional, aunque no faltaron quienes lo juzgaron de escasa consisten- cia. El "¡Qué error, qué inmenso error!" que escribiera Ricardo de la Cierva ha pasado a ser una frase hecha que no pocas veces se cita mal, como ocurre en este libro. La aventura política de Suárez, que no su biografía, es el objeto del libro de García Abad, un periodista con formación en ciencia política que tiene una brillante trayectoria en la prensa económica, como se pone de manifiesto en muchos pasajes. Se ha servido de las entrevistas con muchos testigos de aquellos años, empezando por el primogénito de Suárez -del que traza una semblanza muy dura-, y de los numerosos testimonios escritos. Se añade así a los análisis del periodo que realizaran Meliá, Morán y Prego; o a las memorias ofrecidas por muchos políticos de aquellos años, entre las que cabe destacar las de Calvo Sotelo, Osorio y Fernández Miranda. Las aportaciones originales del libro no son excesivas y reflejan el testimonio de quien ha dispuesto de una información de gran calidad, especialmente de las relaciones de poder y dinero en la España de los 90.

El libro, que se abre con una dedicatoria de agradecimiento a Adolfo Suárez, y que tiene unos aires de homenaje que el propio autor no duda en reconocer, no se desarrolla siempre con la suficiente piedad hacia el personaje estudiado, empezando por la descripción de la enfermedad que ahora le aqueja, con detalles tal vez innecesarios y que, en algún caso concreto, han sido desmentidos por la familia. La comparación con la figura del general Della Rovere -el buscavidas de comportamiento heroico que inmortalizara Rossellini- no deja de ser sugerente pero empobrece una experiencia política muy compleja en la que las indudables limitaciones personales de Suárez no impidieron la realización de una obra política de extraordinaria magnitud que está perfectamente descrita en este libro. García Abad ha hecho una aportación muy relevante a la comprensión de aquella transición política española a la democracia. Una transición que tal vez no haya sido tan modélica como a veces se ha pretendido, pero que no deja de ser una de las más gratificantes aventuras políticas que ha vivido España.