Ensayo

Ángeles Caso: "Este libro es un ejercicio de autoestima. Me he dejado las neuronas en él"

10 noviembre, 2005 01:00

Ángeles Caso, por Gusi Bejer

 

Pregunta: “Alguien se acordará de nosotras en el futuro”, “profetizó” hace 3000 años Safo. ¿Su libro salda una deuda?
Respuesta: Creo que es el reconocimiento de una deuda y un ejercicio de autoestima como mujer, de búsqueda de una genealogía de mujeres intelectuales y artistas de las que nosotras procedemos, igual que procedemos de tantos hombres. Yo me creo hija de Homero, pero también de Safo.
P: ¿Por qué en España el olvido fue aún mayor?
R: Quizá tenga algo que ver con la herencia musulmana. Pero me parece que se debe al enorme peso de la Iglesia Católica en nuestro país, especialmente a partir del siglo XVI, cuando la Iglesia se volvió aún más misógina de lo que siempre había sido.
P: ¿Quién es su olvidada favorita, quizá Aphra Behn, por teatrera y espía?
R: Aphra Behn me parece una mujer fantástica, gran escritora, espía y activista política y mujer de vida privada muy libre. Pero me gusta mucho Cristina de Pisan, la primera mujer que escribió públicamente y con gran repercusión a favor del género femenino. Una gran antecesora del feminismo.
P: ¿Cuál la más “monstruosa”, entendiendo por tal la que se apartó más de las convenciones de su época?
R: Me resulta difícil elegir una. Quizás Aphra Behn, o Artemisia Gentileschi, la gran pintora barroca que se vengó de su propia violación con sus dramáticos cuadros sobre las mujeres vengadoras de la Biblia o la mitología, o Veronica Franco, una prostituta de lujo veneciana que fue a la vez estupenda poeta y editora.
P: ¿Hildegarda de Bingen?
R: Es apasionante por el conjunto de su inteligencia, su fuerza, su talento y su voluntad. Una mujer impresionante y con capacidad para abarcar campos muy diversos, algo que se da a menudo en estas mujeres.
P: Descubre en el libro las aventuras de Leonor López Carrillo de Córdoba, autora del primer escrito en prosa firmado por una española, en 1402. ¿No le han propuesto todavía un libro sobre “leonores olvidadas”?
R: No... Pero no me importaría escribir sobre Leonor de Aquitania, extraordinaria y peleona mujer.
P: ¿Por qué se detiene en el siglo XVII?
R: Precisamente porque en el XVIII y el XIX las mujeres son tan activas que me hubiera ido a un libro de muchísimas páginas. Pero me propongo seguir.
P: Porque hubo muchas olvidadas en el XVIII, XIX...
R: Sí, sí, qué duda cabe. De hecho este libro se me ocurrió después de ver una exposición en el Reina Sofía de Hanna Hüch, una interesantísima artista dada sobre la que apenas encontré datos. Me molestó tanto que la idea del libro empezó a tomar forma en mi cabeza.
P: Al menos, comienza a escribirse de las derrotadas y olvidadas de la guerra civil...
R: Sí, desde luego. Pido disculpas por mencionarme a mí misma, pero fui una de las primeras novelistas “jóvenes” que habló de esas mujeres. Me refiero a mi novela Un largo silencio. Me ha alegrado mucho saber que Juana Salabert ha publicado un libro con testimonios de mujeres que vivieron nuestra guerra. Hasta ahora sólo se nos había contado desde el punto de vista masculino.
P: En su libro recoge una cita terrible de Erasmo: “Una mujer es mujer, es decir loca, por muchos esfuerzos que realice para ocultarlo”. ¿Todavía hay quien piensa así?
R: Es obvio que sí, aún hay quien nos tacha de locas, tontas, ñoñas, frívolas, cotillas y (quizá lo peor) malas. Y hay hombres que se creen dueños absolutos de sus mujeres. Basta con mirar los infinitos casos de violencia doméstica.
P: ¿Se debe aplicar la discriminación positiva a la cultura para favorecer a la mujer?
R: Sería un asunto largo para debatir. Por simplificar diré que todos deberíamos hacer un esfuerzo por recordar nombres de mujeres a la hora de conceder premios, elegir miembros de academias o comprar un libro o una obra de arte (el 80 por ciento del arte contemporáneo que se vende en España está hecho por hombres). La inercia de la preponderancia cultural masculina sigue siendo una realidad.
P: Quedó finalista del Planeta, ganó el Fernando Lara... ¿qué le parece la “rebelión de jurados” como Marsé o Caballero Bonald?
R: Con todos mis respetos hacia los dos, a los que admiro, creo que uno puede dejar clara su postura sin ofender. Es una cuestión de formas.
P: Sí, pero puestos a elegir, ¿le hubiera gustado estar en el pellejo de Marsé o en el de Maria Pau Janer?
R: En el de ninguno de los dos. Me parece una polémica un tanto huera. Y las polémicas sólo me interesan cuando afectan a cosas realmente importantes.
P: Sí, pero ¿esta polémica no refleja las tensiones entre literatura y mercado?
R: Hay tantas versiones al respecto, que no sé qué decir. Desde luego que lo más comercial no siempre es lo mejor. Pero hay espacio para todos. Yo prefiero dedicar mi tiempo a Proust en vez de a Dan Brown, pero no voy a imponérselo a nadie. Allá cada cual con sus gustos y sus necesidades intelectuales.
P: Si la rescataran del olvido dentro de 3000 años, ¿cómo querría que la recordaran?
R: Como alguien que se esforzó por hacer las cosas lo mejor posible y se dejó la piel en cada libro. Bueno, en éste en particular la piel y unas cuantas neuronas.