El siglo XI en primera persona
Abd Allah
15 diciembre, 2005 01:00Quiso la fortuna que este personaje dedicara sus días de exilio a redactar sus memorias, y que estas memorias salieran a la luz durante los trabajos de restauración de la gran Mezquita de Fez, en 1930. Venía este documento a cubrir lagunas importantes en la historiografía de Al ándalus. No se ceba Abd Allah con sus enemigos: prefiere retratarlos por sus hechos. Y se pregunta Emilio García Gómez, en su prólogo, si este prolongado choque de culturas no hubiese merecido un desenlace distinto; si, de haberse mantenido la creciente influencia cristiana sobre las poblaciones musulmanas, no se hubiese llegado a alguna clase de asimilación política de éstas. "¡Vaya usted a saber!", concluye socarronamente el erudito. La probidad de su empeño intelectual, con el que culmina los trabajos de traducción emprendidos en compañía de E. Lévi-Provençal, excluye estas conclusiones precipitadas. Más bien, este cumplido esfuerzo conjunto -al que aporta sus matizaciones Menéndez Pidal- habla de los modales intelectuales de otro tiempo, del escrupuloso respeto a las jerarquías intelectuales y de la añoranza que el último superviviente de esta animosa generación -García Gómez- sentía por los que abandonaron el campo antes que él. Y es que este libro denso, a ratos dramático, da cuenta de más de un mundo perdido. Y alguno, no hace tanto.