Ensayo

Cisneros. Un cardenal reformista en la Corte de España

José García Oro

30 marzo, 2006 02:00

La Esfera de los Libros. Madrid, 2005. 392 páginas, 24 euros

El autor, profesor durante muchos años de la Universidad de Santiago de Compostela, es un consumado especialista en la historia de la Iglesia; en particular en los años de transición de la Edad Media a la Moderna y el primer reformismo católico, en el que destaca la figura del cardenal Cisneros, al que García Oro ya había dedicado numerosos estudios.

En esta ocasión, nos ofrece una biografía de conjunto, basada en una abundante documentación, así como en la consulta atenta de la biografía de Alvar Gómez de Castro (1569), y en las numerosas que surgieron en los círculos complutense o franciscano. Todas ellas fueron escritas para encomiar al personaje, y algunas, como la de fray Pedro de Quintanilla (1653), con el objetivo de promover su beatificación. Ya en el siglo XX destacan los tres volúmenes del conde de Cedillo (1921-1928).

Cisneros tuvo un papel esencial en la historia de Castilla durante los años finales del reinado de Isabel la Católica y, sobre todo, en el difícil periodo que siguió a la muerte de la reina, en 1504, hasta la llegada a España de Carlos I, en 1517. Su perfil más atrayente es el del eclesiástico con un destacadísimo papel político, que le llevaría hasta el cargo de gobernador de la corona de Castilla en el "interim" entre la muerte de Fernando el Católico (1516) y la llegada del nuevo rey. Durante dicho periodo, la corte dirigida por Cisneros fue, junto con la de Bruselas, el centro político de la Monarquía creada por los Reyes Católicos, lo que potenció su cargo más allá de los límites estrictos de la corona de Castilla. Pero su obra no se limitó a la política: bachiller por la Universidad de Salamanca, clérigo, canónigo, franciscano desde 1484, confesor de la reina Isabel (desde 1492), provincial de Castilla (1494), arzobispo de la diócesis de Toledo (1495), cardenal (1507), Inquisidor general de Castilla (1507), tuvo un papel activo como reformador de la vida religiosa, pero también como propagador de la fe católica, por medio de una labor en la que el espíritu misional se mezclaba con los imperativos de la política, como la cristianización de Granada. Una de sus máximas realizaciones fue la Universidad de Alcalá de Henares, que brillaría pronto como un centro del humanismo cristiano, con su Biblia Políglota.

García Oro aporta buen número de datos de interés para la biografía del cardenal; sin embargo, manifiesta en todo momento una excesiva admiración y simpatía por el personaje, hasta el punto de que resulta prácticamente imposible encontrar alguna crítica. Se trata de una biografía clásica, que analiza al sujeto de la misma con escasa consideración del entorno en el que vive, lo que deja al personaje un tanto "en el aire". Sus protectores y colaboradores, sus enemigos, el entorno clerical y cortesano, la cultura y las alternativas políticas, la corte, las diversas coyunturas y otra serie de elementos quedan un tanto difuminados -es sintomático el escaso uso que se hace de la bibliografía no específicamente relacionada con el cardenal-. El resultado es una biografía cisneriana, llena indudablemente de datos ciertos, pero en la que se nos escapa un tanto el protagonista, alejado de la realidad en la que vive.