Ensayo

¿Quién defiende al fumador?

José María Mohedano

30 marzo, 2006 02:00

Espasa. Madrid, 2006. 123 páginas, 11’90 euros

Conocido abogado y respetado jurista, José María Mohedano tiene a sus espaldas mucha mili antifranquista y un sentido de la sensatez política que vendría muy bien en el Palacio de la Moncloa no sólo en lo que se refiere al consumo de tabaco. Ex presidente de la Asociación de Derechos Humanos de España, ha defendido muchas causas perdidas y, quizá por eso y porque es socio fundador del Club de Fumadores por la Tolerancia, ha decidido escribir este alegato contra la presión que se ejerce sobre los fumadores desde la Administración.

La tesis de Mohedano es que la Ley Antitabaco propuesta por Elena Salgado, ministra de Sanidad, es "una norma autoritaria, abusiva y contraria a las libertades". En opinión de Mohedano es falso que, como se afirma en la ley, "el consumo de tabaco es la segunda causa de muerte en el mundo". Su argumentario se articula en forma de pinza como en las batallas clásicas. Por un lado, pone al descubierto la persecución de los fumadores que arranca en 1493 cuando a Luis de Torres, un tripulante de Cristóbal Colón, le condena por brujería la Inquisición acusado de echar humo por la boca. Por otro, apunta que, si bien el hecho de fumar puede resultar nocivo para la salud, su gravedad no es tanta como se afirma desde círculos administrativos y sanitarios. "El furor antitabaquista que nos fustiga es una manifestación extrema de la histeria". Desde una perspectiva económica, Mohedano considera que el coste sanitario del consumo, calculado en 3.000 millones de euros anuales por una universidad barcelonesa, no tiene rigor científico. Arguye que aunque el fumador puede ocasionar más gastos a la sanidad, también es cierto que al vivir menos años compensa al Estado con ventaja. Afirma el autor que España es el país de la UE que más tabaco consume y, sin embargo, es el estado con una "edad media más alta de mortalidad". En el flanco de su posición late el temor de que la Administración regule e invada los derechos de los obesos o de los alcohólicos.

Fumador únicamente de puros, Mohedano se refugia en la estética del consumidor de tabaco y recomienda siempre un respeto extremado para quienes no fuman, de tal manera que el humo no invada sus espacios propios.